No hay dudas de que Sebastián Wainraich es una de las figuras más queridas del mundo del espectáculo, y es que no solo sabe cómo hacer reír a su público, sino que además realiza grandes entrevistas. Todas las noches el humorista conduce La Noche Perfecta en Canal Trece, donde recibe a distintas personalidades de la farándula.
En esta oportunidad Sebastián Wainraich recibió a Luciano Cáceres, quien dejó anonadados a los espectadores al dar a conocer íntimas historias familiares, entre ellas, que nunca conoció a una hermana de parte de su padre, de la cual se enteró poco antes de su muerte. “Tengo una hermana que no conozco, que me enteré antes de que muera mi viejo, en Venezuela», reveló.
«Él estuvo exiliado durante cuatro años allá y antes de morir me lo confesó, porque yo me iba a ir a trabajar a ese país, para un festival», le explicó Luciano Cáceres a Sebastián Wainraich, que se encontraba totalmente en shock. Sin embargo, según contó, su padre nunca se hizo cargo de su hija, por lo que esta nunca se enteró de su existencia.
“‘Ella no sabe que yo existo’, me dijo mi viejo. Así que hay una Cáceres también en otro lado”, se lamentó Luciano Cáceres. Pero eso no fue todo, y es que luego el reconocido actor se animó a confesarle a Sebastián Wainraich otra inesperada anécdota: “A los 16 años me enteré de que mis padres me habían concebido en un escenario”.
“Fui a encarar a mi vieja y le digo, ‘¿Mamá, es verdad que vos con papá en el escenario…?’”, le preguntó Luciano Cáceres a su madre, hecho que ella le confirmó. “¿Pero es verdad que vos estabas casada con otro tipo y papá también, y fue de trampa?”, insistió luego, y tras confirmarle que esto también era cierto, le narró a su hijo toda la historia.
“Creo que en el trabajo, de alguna manera, uno aplica la experiencia de sus antepasados y esa cosa tan lúdica que tiene mi gestación, está puesta en los laburos que uno hace”, señaló Luciano Cáceres. Sobre su niñez, el actor expresó: “Siempre fui como muy responsable y me hice cargo de todos. Entonces mis hermanos más chicos iban en micro al colegio, yo los subía y me iba corriendo. Incluso por atajos a veces llegaba antes que ellos”.
«Hice de todo. Tuve varias changas, también fui boletero y acomodador de entradas en teatros», agregó Luciano Cáceres antes de recordar cuando trabajó como estatua viviente en un supermercado. “Tenías que procurarte tu vestimenta y te daban un cartelito con el slogan. Y te quedabas parado ahí. 45 minutos y 15 de descanso. A ese trabajo llegué por otro colega también actor y me acuerdo que lo hicimos varios del palo: Diego Topa, Mercedes Funes, éramos un grupo de laburantes”, reveló.
