Los bombardeos en la ciudad de Kiev, la capital de Ucrania, son constantes luego de que las tropas en Rusia invadieran el territorio y avanzaran desde los flancos norte, sur y este. Hasta el momento, miles de personas están refugiadas en búnkeres y espacios subterráneos de escuelas y estacionamientos, viviendo el día a día de lo que ocurre afuera. Sin embargo, las fuerzas ucranianas siguen dando lucha y resistencia para atrasar una posible conquista.
La capital es una ciudad fantasma en donde casi nadie circula. Elisabetta Piqué, corresponsal de guerra en Ucrania, contó en LN+ lo que ocurre en el tercer día de la operación militar especial anunciada por Vladimir Putin. “La gente, cuando hay una ventana entre sirena y bombardeo, sale a comprar agua y comida. Algunos salen a hacer compras porque las autoridades no están entregando”, precisó.
“La novedad es que el metro, que siempre había funcionado a esta hora, no está funcionando y solo está siendo utilizado como refugio”. También agregó el problema de la escasez de comida: “Empieza a escasear la verdura y el agua”. En total, los ciudadanos se toman 40 minutos para salir y hacer las compras necesarias para abastecerse.
Se han escuchado varios bombardeos en toda la ciudad, aunque no se sabe con precisión en dónde. Lo que sí se sabe es que la artillería rusa ha bombardeado edificios civiles, algo que incentivó a que miles de ucranianos huyan hacia la frontera para refugiarse en Moldavia, Georgia, Hungría, Polonia y Alemania. La Unión Europea habilitó su tránsito sin necesidad de una visa.
La resistencia
Por otro lado, el presidente ucraniano Volodímir Zelensky afirmó, mediante un video filmado por él junto con el primer ministro, el jefe de gabinete y dos asesores, que tanto ellos como las fuerzas armadas de su país están ofreciendo resistencia frente a los tanques rusos. “¡Estamos todos aquí, defendiendo nuestra independencia, nuestro estado! Seguirá siendo así. ¡Gloria a nuestros defensores! ¡Gloria a Ucrania!”, exclamó en dicha grabación.
Ayuda internacional
Esperan retrasar la invasión rusa gracias al envío de ayuda humanitaria y letal desde 26 países, entre ellos, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania. El presidente Joe Biden aprobó la liberación de armas por un valor de hasta USD 350 millones, mientras que Alemania, en un cambio de su política de larga data de no exportar armas a zonas de guerra, dijo que enviaría armas antitanques y armas de superficie.
A su vez, la nación estadounidense autorizó el envío de un sistema de misiles de corto alcance teledirigidos que penetra en zonas blindadas. “Los Javelin estarán en este próximo tramo como lo habían estado en tantos tramos en el pasado”, anunció una de las máximas autoridades del Pentágono ante los medios. Polonia también enviará armas para estrategia defensiva.
Las razones que movilizan a la Unión Europea y a Estados Unidos para el envío de armas es no solo el interés en que Ucrania se adhiera a la OTAN, sino también enfrentar indirectamente la avanzada rusa. Cabe destacar que Rusia tiene invertidos, aproximadamente, unos USD 60 millones en infraestructura militar, mientras que Ucrania solo tiene USD 6 millones. Esto sin contabilizar la cantidad real de soldados, armas, transporte y tanques que cada nación tiene, profundamente desigual.