El kirchnerismo propone reeditar el Impuesto a la Riqueza que ahuyentó a los inversionistas ECONOMÍA, POLÍTICA El Intransigente

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El kirchnerismo propone reeditar el Impuesto a la Riqueza que ahuyentó a los inversionistas

Desde el sector de Máximo Kirchner que impulsó el «Aporte solidario y extraordinario» proponen modificarlo.

En la última reunión del Consejo del PJ bonaerense el ahora senador provincial Omar Plaini, secretario general de los “canillitas”, propuso renovar el Impuesto a la Riqueza y aplicarlo mientras dure la deuda de la Argentina con el FMI. El presidente del justicialismo, Máximo Kirchner, aplaudió la idea de Plaini. También había sido el motor político del tributo inicial, elaborado por Carlos Heller y disfrazado como “Aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia”.

Según la negociación que lleva el ministro de Economía, Martín Guzmán, serian al menos doce años más, sumando los dos y medio de un primer puente financiero y diez posteriores de un “Acuerdo de Facilidades Extendidas” con el organismo.

¿Cómo afectó a la economía hasta el momento?

El año pasado, en su primera y supuestamente única versión, el impuesto (las cosas por su nombre) recaudó unos $ 240.000 millones, lejos de los $ 400.000 millones que se preveían. De hecho, menos que la recaudación mensual de “IVA neto”. Si alguna eficacia tuvo fue convencer a más empresas, emprendedores, técnicos, profesionales y personas de sacar sus fondos del país.

“Aun peor que la altísima presión impositiva es la falta de seguridad jurídica. Se puede vivir en un país de altos impuestos si uno sabe a qué atenerse, pero acá no se puede planificar a dos meses, porque te cambian las normas muy rápidamente. Eso es malo en general y gravísimo en materia tributaria”, dice Diego Fraga, especialista en Derecho Tributario y socio de Expansion Holding.

El impuesto a la riqueza, además, se montó a caballo de otro tributo sobre el patrimonio, Bienes Personales. Juntos, sumaron hasta 7,5% de exacción sobre los más altos patrimonios brutos, porque no se contempló la deducción de pasivos. Las cerca de 11.000 personas alcanzadas debieron doblar hasta sobre sus deudas.

Lo que provocó el impuesto

Uno de los principales escollos para prorrogar el impuesto es la oposición de Sergio Massa. Uno de las tres socios mayores de la coalición oficialista no coincide con la idea y en su momento intentó disuadir a Máximo Kirchner de promover un tributo. En aquel entonces, alertó sobre una posible ida de inversores hacia Uruguay.

Hacia allá fueron Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre, la empresa más valiosa de la Argentina. También, un líder de los agroenegocios como Gustavo Grobocopatel, factótum del grupo Los Grobo.

El fracaso en la recaudación

El impuesto a la riqueza fracasó: recaudó poco y hubo muchos litigios. En muchos casos el test de confiscatoriedad mostró que el 7,5% que arroja la suma de las tasas máximas del Impuesto a las Grandes Fortunas (5,25%) y a los Bienes Personales (2,25%) excedía la renta de los bienes gravados, afectando el derecho de propiedad establecido en la Constitución Nacional.

Marcelo Capello, economista del Ieral de la Fundación Mediterránea e investigador de temas fiscales, señaló por su parte que la idea de reeditar el impuesto tendría muy pocas posibilidades de prosperar. “Más allá de la pirotecnia política, sería el golpe de gracia a la inversión en Argentina, donde ya existe un impuesto a la riqueza (Bienes Personales), además de los impuestos provinciales y municipales a inmuebles y automotores, y un impuesto a la Herencia en la provincia de Buenos Aires. Un impuesto extra a la riqueza, todos los años, despejaría definitivamente la duda sobre cuál es el rumbo de la economía argentina, ubicándonos como una rara avis que aplica tres impuestos sobre la misma base”

La recaudación en detalle

El impuesto a la riqueza se aplicó a partir de los 200 millones de pesos (actualmente, menos de un millón de dólares al tipo de cambio blue y menos de USD 1,9 millones al tipo de cambio oficial), con una tasa del 2%. En los 300 millones, 2.25% entre 300 y 400 millones, 2,75% entre 400 y 600 millones, 3,% entre 600 y 800 millones, 3,25% entre 800 y 1.500 millones y 3,5% a partir de los $ 3.000 millones, pero con tasas 50 % más altas, hasta una alícuota máxima de 5,25%, cuando se trata de bienes en el exterior.

Además, sobre el final del año pasado, aprovechando la ausencia de dos diputados de oposición, el oficialismo, subió el mínimo no imponible del impuesto a los Bienes Personales, pero incrementó la cuota máxima para bienes en el país de 1,25 a 1,5% para patrimonios mayores a $ 100 millones. También, al 1,75% para patrimonios mayores a los $ 300 millones.

La queja del Kun

Ajeno a los arcanos tributarios, un argentino de reciente regreso, Sergio “Kun” Agüero, calificó de “locura” el impuesto creado por Heller, impulsado por Máximo Kirchner y votado por la mayoría oficialista en el Congreso. El ex futbolista, retirado de las canchas por su condición cardíaca, planteó la cuestión con sencillez y se preguntó por qué si como jugador pagó altos impuestos sobre sus ingresos, debería ahora pagar sobre lo que acumuló con sus ahorros.

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