Este martes, la Unión Europea presentó un millonario plan para impulsar su industria de chips, que incluye facilitar a los Gobiernos del bloque la financiación de fábricas pioneras, en un momento en que el bloque intenta reducir su dependencia de las empresas de Estados Unidos y asiáticas.
La medida del Ejecutivo europeo es un reflejo de la Ley de Chips estadounidense, de 52.000 millones de dólares, cuyo objetivo es aumentar su competitividad frente a China, y se produce en un momento en que la escasez mundial de chips y los cuellos de botella en la cadena de suministro causan estragos entre los fabricantes de automóviles, los proveedores de servicios sanitarios y los operadores de telecomunicaciones, entre otros.
Por su parte, la Ley Europea de Chips «permitirá 15.000 millones de euros de inversión pública y privada adicional de aquí a 2030», explicó este martes la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en una declaración a los medios de comunicación.
«Esto se sumará a los 30.000 millones de euros de inversiones públicas ya previstas con cargo a NextGenerationEU, Horizonte Europa y los presupuestos nacionales», agregó la diplomática, refiriéndose a los proyectos del bloque en curso, informó Reuters.
Según la jefa de política digital europea, Margrethe Vestager, las instalaciones de producción de chips consideradas, como únicas en su clase en Europa, «podrían recibir una ayuda pública para el 100% de su financiación del déficit por parte de la Unión Europea, como parte del plan del bloque para reducir su dependencia respecto a las empresas estadounidenses y chinas».
«Estas instalaciones no existirán en Europa si no actuamos. Puede estar justificado cubrir hasta el 100% de la financiación del déficit demostrada con recursos públicos», explicó en una conferencia de prensa.