El conflicto entre Rusia y Ucrania generó repercusión en todo el mundo y la alerta de que esta disputa bélica pueda extenderse es cada vez más grande. Frente a esto, políticos de todo el mundo han declarado su posición sobre esta causa mientras que en el Gobierno nacional prefirieron ser neutrales con tendencias a buscar la paz pero sin condenar a Rusia. Mientras tanto, desde Juntos por el Cambio realizaron un proyecto para ir a la guerra.
En diálogo con LN+, el diputado nacional por el PRO Gerardo Milman reconoció que está «muy angustiado» por lo que está sucediendo en Ucrania, donde nació su padre y abuelos. A raíz de esto, en conjunto con sus colegas de partido, realizó una iniciativa para presentar ante la Unión Parlamentaria Internacional que en caso de ser aprobada terminaría con el macrismo en el medio de la guerra.
La idea es convocar a «legisladores del mundo, organizaciones civiles, a citarnos un día y una hora en algún sitio del territorio ucraniano, que podamos ser 2.000, 3.000 o 4.000 personas sin armas poniéndole el cuerpo a la paz«, explicó el funcionario que aseguró que «si somos muchos, tenemos la oportunidad de detener esta salvajada» a la cual desde el Gobierno deciden no tomar partido.
Sumado a esto, el dirigente del PRO remarcó que la política de «neutralidad que plantea el Gobierno ya se vivió tanto en la Primera Guerra como en la Segunda Guerra Mundial con gobiernos de distinto signo y eso ha tenido consecuencias económicas muy deteriorantes para la Argentina», por lo que no se puede permitir que ocurra otra vez y más aún teniendo encuentra la crisis en ese ámbito que transita el país.
El día que Macri le dijo no a la paz
Si bien ahora desde el PRO quieren la paz y detener cualquier tipo de conflicto bélico que pueda haber, Mauricio Macri en su época de presidente rechazó la paz en Bolivia. En 2019, justo antes de dejar su cargo, envió un avión con 70.000 municiones y armas al país vecino en medio de la resistencia de Jeanine Añez a dejar su cargo mientras Evo Morales llegaba a la Argentina para tener refugio de la persecución que acusaba que sufría.
