El día jueves se dio un cruce entre Gabriela Cerruti, portavoz del Gobierno nacional, y una periodista. La discusión sucedió cuando la acreditada consultó sobre un supuesto enojo por parte de Estados Unidos luego de la gira de Alberto Fernández por Rusia y China. La encargada de la comunicación nacional negó tal información. Sin embargo, puertas adentro, parece que saben la molestia que hay en Norteamérica.
Desde el Gobierno nacional, a través de su portavoz, aseguraron no estar informados sobre el malestar que ocasionaron los dichos del Presidente argentino en su visita a Rusia. Además, en el Departamento de Estado norteamericano, hubo molestias por el acuerdo que firmó Alberto Fernández con Xi Jinping. La “Ruta de la Seda” cayó muy mal puertas adentro de la Casa Blanca.
Aunque puertas afuera se mostraron indiferentes, desde el seno presidencial se pusieron a trabajar para limar las asperezas con Washington. Es importante señalar que la potencia de América es el principal socio del Fondo Monetario Internacional. La gestión de Joe Biden fue un pilar fundamental para destrabar el acuerdo con el FMI. También saben, desde Casa Rosada, que si Estados Unidos no da el visto bueno, el entendimiento se cae.
El mediodía del viernes, se reunió el Jefe de Estado con su Canciller, Santiago Cafiero. Se juntaron para almorzar y allí estuvieron un largo tiempo. Son conscientes de que será importante volver a estrechar lazos con Washington. Tal es la atención que posteriormente, se sumó el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello. El diplomático está informado sobre la preocupación estadounidense.
El primero en intentar calmar las aguas fue Juan Manzur. El Jefe de Gabinete se reunió con el embajador norteamericano en Buenos Aires, Marc Stanley. El cónclave ocurrió en el momento que Alberto Fernández visitaba China. El Presidente ya le había declarado a Vladimir Putin que quería deshacerse de la «dependencia» de Estados Unidos. Es por eso que el tucumano fue el primero en tranquilizar las relaciones bilaterales.