Suecia levantará las restricciones por la pandemia la próxima semana a pesar de los niveles récord de contagios, ya que confía en que las vacunas de refuerzo y los altos índices de infecciones por coronavirus en el pasado mantengan las tasas de hospitalización controladas.
Las restricciones actuales, que incluyen el cierre anticipado de bares y restaurantes y un límite de 500 personas en los locales cerrados más grandes, se ampliaron el mes pasado hasta el 9 de febrero. «Es hora de abrir Suecia de nuevo», manifestó la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, en una conferencia de prensa.
«De cara al futuro, las tasas de infección seguirán siendo elevadas durante un tiempo más, pero por lo que podemos juzgar, las peores consecuencias de los contagios ya han quedado atrás», agregó. Debido a la contagiosa variante ómicron, Suecia ha batido repetidamente récords de casos diarios durante el último mes, lo que ha puesto a prueba el sistema sanitario.
Suecia se destacó al principio de la pandemia al rechazar los bloqueos, basándose principalmente en medidas voluntarias centradas en el distanciamiento social y la buena higiene, aunque gradualmente se adoptaron restricciones algo más estrictas en oleadas sucesivas, informó Reuters.
Ha visto muertes per cápita mucho más altas que en sus vecinos nórdicos, pero más bajas que la mayoría de los países europeos que optaron por los cierres. «Algunas recomendaciones, como vacunarse y aislarse en casa cuando se está enfermo, permanecerán vigentes y serán más restrictivas para los no vacunados», dijo la ministra de Salud, Lena Hallengren, en la conferencia de prensa.
En medio de la creciente evidencia de que Omicron resulta en una enfermedad menos grave que las variantes anteriores, Hallengren agregó que la Agencia de Salud también propondrá que «el virus ya no sea designado como una amenaza para la sociedad», aunque aún sería «monitoreado de cerca».