Luego de 2 años del coronavirus, la Argentina comenzará a probar en humanos la vacuna nacional creada a partir de un trabajo en conjunto del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH) de UNSAM-CONICET y del laboratorio Cassará. La investigación fue financiada con fondos del Estado nacional. La aprobación de la ANMAT permite iniciar las primeras inoculaciones (fase 1) de prueba para chequear la eficacia y seguridad.
El Estado puso 67.200.000 millones de pesos para que las pruebas puedan avanzar en animales para posteriormente ser testeadas en humanos. Juliana Cassataro, una de las mentoras, afirmó en una conferencia de prensa transmitida por el Ministerio de Ciencia y Tecnología que la plataforma de la vacuna es similar a la de la Hepatitis B y HPV para adolescentes. La ANMAT concluyó que es segura para avanzar las pruebas en humanos.
«Se trata de un compuesto que se usa hace más de 80 años y está probada en embarazadas e inmunodeprimidos», señaló Cassataro. «Si bien esta plataforma es muy usada en pediátricos, primero se debe evaluar la seguridad en adultos. Esto se hará en esta fase», añadió. El discurso fue acompañado por la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Se espera que la vacuna sea aprobada este año como segundo refuerzo (cuarta dosis) o como primera inoculación para gente que no se haya vacunado con ninguna otra fórmula. La ARVAC no necesita temperaturas demasiado bajas para ser almacenada y por lo tanto su traslado a zonas y poblaciones remotas es mucho más fácil.
La plataforma y el antígeno de la vacuna es de proteínas recombinantes y fue hecha a base de la variante gamma (de origen Manaos) del virus y no de la inicial (de Wuhan) como el resto de las vacunas aprobadas hasta el momento en el mundo. Si bien es de dos dosis, en el caso de los refuerzos solamente se va a necesitar de una inoculación.