El impacto de la guerra en Ucrania ya se siente en la Argentina. El primer golpe del conflicto armado que sucede a miles de kilómetros se dio en el valor del trigo y la escasa oferta que llevó a una escalada en el precio del pan, entre otros productos derivados. Sin embargo, especialistas advierten que esto es solo una porción del efecto negativo que deberá afrontar el país con posibles cortes de servicios, desabastecimiento, y escalada en las tarifas.
“El nuevo mundo plantea complicaciones de las que el Gobierno aún no se ocupó, no quiso o no pudo”, expresó el economista José del Río en LN+. Rusia es uno de los principales exportadores de petróleo y gas a Europa y el resto del mundo. Ante las sanciones de occidente de cerrar -total o parcialmente- estos mercados, la oferta de dos productos con mucha demanda se desplomó y el valor del crudo pegó un salto estratosférico.
Los principales actores energéticos creen que la Casa Rosada aún no dimensionó el efecto que este escenario podría generar en la economía local. De acuerdo al planteo del hombre especializado en periodismo económico y de negocios, el valor en alza del petróleo que se utiliza para generar combustible y energía en nuestro país impactará de lleno en el valor de los servicios. En consecuencia, si el Gobierno prevé frenar tarifazos que golpeen al bolsillo ciudadano deberá aumentar la erogación en subsidios aunque se verá condicionado por el respaldo que tenga en las arcas.
Golpe a las reservas del Banco Central y el acuerdo con el FMI
De este modo, el foco pasa a las reservas en dólares del Banco Central que podrían comenzar a absorberse más rápido de lo pensado y llevarían, entre otras cosas, a la imposibilidad de cumplir con uno de los puntos acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para este año Argentina debería acumular u$s 5800 millones, una cifra que hoy parece muy compleja en caso de mantenerse por un tiempo más extendido el conflicto bélico.
Algo similar ocurre con el objetivo de recortar el déficit del PBI mientras los precios internacionales se mantienen en escalada y la espiral inflacionaria en Argentina no da tregua. Por lo tanto, los múltiples factores anticipan nuevos malabares del Palacio de Hacienda que podrían tener cualquier desenlace aunque, ni los más optimistas pronosticadores, creen que pueda evitarse una importante suba en alimentos, energía y otros bienes atados a insumos que se importan.
Desabastecimiento de gasoil y cortes de gas
Por otro lado, analistas de mercado estiman que en los próximos meses Argentina podría atravesar un escenario de “escasez y problemas de abastecimiento para la industria y el agro”. Según explicaron desde el sector energético, el Gobierno deberá administrar el ingreso de gas en el invierno que se aproxima y anticiparon que la manera sería a través de cortes programados del servicio.
Por otro lado, temen que haya desabastecimiento de gasoil debido al fuerte incremento del barril de crudo. En Argentina, un 15% de este tipo de combustible se importa por lo que impactaría de lleno en el precio de los surtidores y, en paralelo, no habría la misma cantidad de suministro debido a que las petroleras importarían cargamentos más pequeños.
Todo este escenario de incertidumbre mantiene en vilo a los argentinos y el mundo entero que ya empiezan a sentir cómo una guerra que se desencadena en el otro extremo del globo golpea-rá- de lleno al bolsillo de los trabajadores.