La invasión de Rusia a Ucrania provocó que 10 millones de personas se vieran obligadas a abandonar el país, según las cifras de la ONU. Nivio Illich Huaman Flor, un ciudadano de Perú que viaja entre Odessa, Kiev y los Cárpatos para sacar a su familia del territorio ucraniano, contó que «ya estamos en vísperas de que mi familia salga del país buscando otros rumbos en la vida» y agregó que «traer a mi suegra es prácticamente lo único que falta».
Este domingo en diálogo con Guillermo Panizza, conductor del ciclo Aire de Mañana en CNN Radio que estuvo en Ucrania, el entrevistado relató que «ayer intenté evacuar a mi suegra de Kiev, y a unos 50 kilómetros de la casa debimos dar media vuelta, no pudimos llegar» y añadió que «fui con mi hijo de 19 años».
En esa línea explicó que «primero fuímos a Odessa en el sur» y agregó que «ayer de madrugada fuimos para Kiev y quisimos llegar al lugar donde está mi suegra, pero es una zona completamente ocupada por los rusos». «El ejército ucraniano no nos dejó entrar en el segundo control porque los puentes están volados», precisó y remarcó que «hace una semana perdimos comunicación totalmente con ella».
«No hay ningún tipo de conexión y no sabemos nada», enfatizó y agregó que «al menos en las primeras semanas del conflicto había alguna forma de hablar, pero ahora mi suegra está completamente sola». Si bien Nivio destacó que «casi todos mis planes he logrado llevarlos adelante con la familia», admitió que «el hecho de no poder sacar a mi suegra me hace sentir impotente». Pero, «lo voy a intentar todo lo que pueda mientras siga aquí», aseguró.
Nervios y preocupación en las zonas aledañas a Lviv
Luego el periodista se comunicó con Taras Yahofarov, quien se encuentra en una ciudad cercana a Lviv, que recalcó que «aquí la gente sigue nerviosa por los ataques de ayer dirigidos a la base militar de Lviv» y precisó que «volaron muchos cohetes por encima de nuestras cabezas. Es por eso, que hay bastante preocupación».
Frente a ese panorama, subrayó que «antes que nada, ya estamos pensando en la evacuación de mi esposa y el bebé» y contó que «logré evacuar a mi madre a Alemania recientemente». Sin dejar lugar a dudas, afirmó que «aquí vemos que la guerra sigue desarrollándose, entonces no vemos de momento que haya algún punto claro donde puede frenar» y explicó que «por eso tomamos todas las medidas de prevención».
En cuanto a las personas que tuvieron que dejar Ucrania, aseguró que «hay bastante gente que viajó fuera del país» y resaltó que «quienes realizan acciones solidarias publican cada vez más información para la gente que quiera salir de Ucrania». Por lo tanto, destacó que «ya se siente un gran apoyo dentro y fuera también». Para concluir, hizo hincapié en que «para vivir aquí en este contexto, lo principal es saber que tienes que estar pendiente de las noticias constantemente» y subrayó que «hay un tema psicológico importante: nos hemos acostumbrado a vivir bajo un estrés constante».
Hay ciudades de Ucrania que «están hechas pelota»
El tercer testimonio fue el de Alejandro Herlan, un argentino que vivía en Ucrania cuando empezó la invasión rusa, pero que logró huir a Finlandia hace una semana. Sobre Dnipró, la ciudad ucraniana en la que estaba, aseguró que «la gente ya no tiene agua, electricidad» y recalcó que «hay muchos lugares que están hechos pelota».
Sobre cómo llegó a Ucrania, precisó que «yo me fui del país hace cinco años, viajando alrededor de Europa y dando clases de tango. Allí conocí a mi esposa ucraniana y hace dos años y medio que me quedé en Dnipró» y marcó que «hasta antes del conflicto, Ucrania estaba subiendo mucho la calidad de vida». Al ser consultado sobre su mujer y la familia de ella, indicó que «los padres y la abuela de mi señora continúan en Dnipró, no quisieron evacuar».
«Es un poco por miedo, también porque es irse a otro lugar sin saber el idioma, por ejemplo», explicó y agregó que «algunos también toman este contexto como algo natural». Acerca de cómo fue llegar a Finlandia, detalló que «fui a Budapest y de allí me tomé un avión a Finlandia, donde tengo amigos que me prometieron ayuda» y describió que «estoy como refugiado, en una especie de hostel donde nos dan las cuatro comidas». «Al menos durante tres meses estás bajo esa figura», finalizó.
Huir de Ucrania pero no del miedo: «Vivir con temor sin saber lo que va a suceder»
Para concluir, Panizza dialogó con Lucas López que tiene 40 años y al igual que Herlan también es de Argentina. «Estaba en Lviv, y ahora estoy en Cracovia (Polonia), puntualizó, pero contó que en dos días se irá con su familia a Dinamarca. Sobre la situación que están atravesando, aseveró que «no se puede vivir con temor, sin saber lo que va a suceder» y recalcó que «mi hijo no sabe si va a comenzar la escuela, por ejemplo».
Respecto a cómo fue la odisea para salir de Ucrania, sostuvo que «llegamos a estar siete horas clavadas esperando en la frontera», por lo que «fue un traslado muy difícil, yo estaba con mi mujer y mi hijo», indicó. «Ahora estamos en Cracovia porque en dos días vamos a Dinamarca, tengo que hacer unos papeles para que puedan vivir allí normalmente», explicó y adelantó que «luego renovaré el pasaporte y volveré a Ucrania, a Lviv».
Al ser consultado sobre cómo ve el futuro de Ucrania, López subrayó que «hasta hace una semana, donde vivimos las explosiones en la frontera con Polonia, mis amigos estaban convencidos que no atacarían Lviv», pero «cuando ocurrió eso y cuando Putin dijo que era legítimo atacar los convoys desde Polonia, sabemos que van a atacar Lviv», afirmó y advirtió que «será difícil salir de Ucrania, será difícil el acceso de la ayuda humanitaria».
Para finalizar, detalló que llegó a Ucrania en el 2013. «Con el tiempo nos acostumbramos a que en algún momento ocurriría algo terrible, y pasó este año». «El día que me desperté por las sirenas antiaéreas y leí las noticias, me quise morir realmente», manifestó y sostuvo que «cuando estás viviendo en un lugar y sucede algo tan terrible, tu corazón te dice que te quedes ayudando pase lo que pase».