La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó un alerta luego de que en la central nuclear más grande de Europa, en Zaporiyia, se iniciara un incendio. La invasión en Ucrania no solo tiene en vilo al mundo por sus consecuencias económicas y humanitarias, sino también por el riesgo que existe de un nuevo Chernobil. De este modo, las autoridades del organismo llamaron a impedir un nuevo accidente nuclear.
Rafael Mariano Grossi, ciudadano argentino y director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), mostró su preocupación en su cuenta de Twitter. “Vemos lo que está pasando en el terreno de Ucrania. Esta vez, si hay un nuevo accidente nuclear, la causa no será un tsunami producto de la madre naturaleza. Será el resultado de la incapacidad humana en actuar cuando nosotros sabíamos que podíamos, y nosotros sabemos que debemos”, remarcó.
«Reitero mi llamamiento, y que se escuche alto y claro, debemos impedir un incidente nuclear en Ucrania. No nos escondamos detrás de las decisiones del todo o nada en absoluto», concluyó ante la junta de directores del organismo nuclear. Según Télam, Grossi dijo el viernes que está dispuesto a viajar a Chernobil. Allí se produjo la catástrofe nuclear en 1986 y fue uno de los primeros lugares que cayó en manos de los soldados rusos el 24 de febrero.
Ataque a la central de Zaporiyia
Cuando los misiles rusos atacaron la central de Zaporiyia, la cual consta de 6 reactores en total, Volodímir Zelenskiy llamó al repudio mundial. A su vez, pidió intervención de la OIEA para inspeccionar el estado de la planta y para alertar sobre posibles ataques al resto de los reactores. Cabe destacar que el país tiene 15 reactores en su haber.
Varias autoridades de la ONU se pronunciaron en contra del ataque ruso. Linda Thomas-Greenfield, embajadora de los Estados Unidos ante la ONU, consideró al ataque como “increíblemente temerario”. Reforzó también el pedido de concientización al decir que las instalaciones nucleares no se deberían convertir “en parte de este conflicto».
El embajador ucraniano del mismo organismo, Sergiy Kyslytsya, mencionó que «hemos sobrevivido a una noche que hubiera podido poner fin a la historia de Ucrania y Europa». Por lo tanto, pidió que se refuerce la seguridad en los 15 reactores operativos y de las 37 plantas nucleares del territorio, para evitar una catástrofe entre 6 y 10 veces peor que la de Chernobil.