El avance de Rusia en Ucrania sigue acrecentándose día a día. Ya hace más de dos semanas que Vladimir Putin decidió invadir al país vecino. Las destrucciones y las muertes han hecho que otra naciones actúen indirectamente para sancionar al Kremlin. En esa dirección se encuentra Joe Biden, quien reiteró no meterse en la confrontación para «evitar la Tercera Guerra Mundial».
Desde que inició el «ejercicio militar» de Rusia sobre Ucrania, el 24 de febrero, los países de Occidente se encargaron de tratar de frenar el avance. En primer lugar se intentó dialogar con Vladimir Putin para que revea su decisión. El Presidente ruso no sólo que se negó a cesar con el fuego, sino que redobló su apuesta con más ataques al territorio ucraniano.
A la vista estaba que el diálogo no funcionaría. Varios mandatarios europeos quisieron solucionar las cosas «por las buenas». Al no observar un arrepentimiento, decidieron comenzar a «asfixiar» a Rusia con sanciones. Las medidas tomadas se basaron en lo económico. Es por eso que, desde que inició el conflicto armado, el rublo (moneda rusa) cayó un 50%.
Uno de los principales protagonistas es Joe Biden. El Presidente de Estados Unidos decidió no importar más petróleo de Rusia. Fue una jugada muy arriesgada ya que tendrá que negociar con países de Medio Oriente y Venezuela para reemplazar el crudo ruso. En Washington se mantienen firmes en no utilizar la fuerza militar porque, según Biden, quieren «evitar la Tercera Guerra Mundial«.
«La totalidad de nuestras sanciones y el control de las exportaciones, están aplastando a la economía de Rusia», sostuvo el mandatario norteamericano. Pese a no mantenerse al margen, aseguró que ayudará a Ucrania: «Nos vamos a asegurar de que tengan armas para defenderse de las fuerzas invasoras rusas», añadió. Por último reiteró: «No libraremos una guerra contra Rusia en Ucrania».