Este martes, Intel anunció que eligió a Alemania como sede de un enorme complejo de fabricación de semiconductores. Estos son los primeros detalles de su plan de inversión de 88.000 millones de dólares en Europa, en un momento en que la región se esfuerza por aumentar la producción y solucionar una crisis de suministro que ha castigado a la industria del automóvil.
Con una inversión inicial de 33.000 millones de euros, incluidos 17.000 millones de euros para los planes alemanes, el gasto ayudará a satisfacer la creciente demanda de chips utilizados en ordenadores, coches, teléfonos inteligentes y otros aparatos, así como a reducir a largo plazo la dependencia europea de los proveedores asiáticos.
El fabricante de chips estadounidense también ha dicho que ampliará su fábrica actual en Irlanda, creará una instalación de diseño e investigación en Francia y un centro de embalaje y montaje en Italia. El director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, había anunciado en septiembre que buscaba aumentar la producción de chips en la región.
Intel construirá dos fábricas en Magdeburgo y creará 7.000 puestos de trabajo en la construcción. Además de otros 3.000 puestos de trabajo permanentes en la empresa y miles adicionales entre los proveedores y socios, explicó la empresa, informó Reuters.
La elección de los emplazamientos se produce después de que algunos Gobiernos de la Unión Europea, entre ellos el de Italia, hayan ofrecido grandes incentivos para tratar de atraer al fabricante de chips para que invierta en sus países. Repartir las fábricas por distintos países podría ayudar a la empresa a obtener más subvenciones de las distintas naciones.