«Invito al presidente de la República a pronunciar el discurso que marca el articulo 99 inciso octavo de la Constitución nacional», comenzó Cristina Kirchner antes de darle la palabra a Alberto Fernández arengándolo con una frase en voz baja que se escuchó por la amplificación del micrófono: «dale, pedí ahora el minuto de silencio». El recinto se llenó de gritos ensordecedores hasta que el mandatario comenzó a hablar.
En el medio del discurso, Alberto dedicó un minuto de silencio por los caídos durante la pandemia y por «las vidas humanas» perdidas en el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. En ese momento, Cristina buscando controlar el griterío lanzó en voz baja una frase que hizo sentar al diputado de JxC, Mario Negri, y sus pedidos: «Hay que saber esperar chicos». En el medio, un silencio profundo rodeó el recinto decorado con banderas ucranianas en los atriles de los diputados de la oposición.
«Yo sé que cuando describimos la cruda realidad que nos tocó enfrentar en la primera parte…», se detuvo el presidente tras una tos que lo aquejó en algunas partes del discurso que era escuchado con cierta indiferencia en algunos diputados, en especial, una dirigente rubia sentada a la izquierda de Florencio Randazzo, que directamente no le dirigía la mirada.
Por otro lado, la vicepresidenta no acompañó con aplausos, cuando el presidente afirmó que ningún argentino se quedó sin atención médica por el coronavirus. Sí lo hizo, con una gran sonrisa cuando el jefe de Estado nombró la deuda generada por Mauricio Macri como algo «impagable. El negocio de la grieta sigue siendo la estrategia ideal del oficialismo para quitarle votos a Juntos por el Cambio.
Cada palabra de Alberto que enalteciera la presencia del Estado como una solución a los problemas de los argentinos era enfáticamente aplaudido con sonrisas y gestos positivos por parte de Cristina. «La idea del derrame de la riqueza de los poderosos es solo una quimera que jamás se materializa. Es hora de que los ingresos se distribuyan en términos de mayor equidad», aseguró el presidente repitiendo una fórmula que ha generado 40% de pobres y una inflación promedio del 50%.