Vladimir Putin, presidente de Rusia, no está solo en su misión militar, sino que lo acompañan, al menos 5 países, algunos de manera más directa y otros de forma indirecta. Dentro de sus aliados, posee dos naciones que son potencias mundiales en términos de armas, soldados y todos los recursos necesarios para afrontar una guerra de gran escala.
El primer gran aliado es China: un país que, si bien no se pronunció públicamente a favor de la guerra, se abstuvo en la votación de la ONU para sancionar a Rusia por el hecho. Además han realizado entrenamientos militares con gran frecuencia, en especial, el año pasado sobre el mar de Japón. El objetivo del ministro de defensa chino, Sergei Shoigou, es mejorar la interacción entre ambas fuerzas armadas y proteger la región.
Corea del Norte: los diplomáticos comunistas se unieron con dirigentes rusos antes de la invasión a Ucrania para charlar sobre los intereses regionales e internacionales entre ambos países. De hecho, Rusia y China han bloqueado intentos de Estados Unidos para sancionar al país norcoreano por la práctica reiterada de lanzamientos de misiles en un solo mes.
Bielorrusia fue otro de los que ayudó a las tropas de Putin a cruzar las fronteras y ocupar rápidamente la zona del exreactor nuclear de Chérnobyl que se encuentra a aproximadamente 150 km de la ciudad principal de Ucrania, que es Kiev. En ese sentido, es considerado una suerte de aliado. Occidente piensa imponerle sanciones económicas.
Siria: la nación bajo el mando del dictador, Bashar al-Assad, reconoció las dos regiones separatistas de Ucrania como países independientes y apoyará con armamento a esas zonas si lo necesita Rusia. También, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, defendió los asedios de los rusos como un acto justo para proteger su soberanía. También, Irán, Cuba y Nicaragua han apoyado la política de Putin.