Este lunes, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) informó que el número de civiles muertos subió hasta 1.151 y 1.824 personas resultaron heridas en Ucrania desde el inicio de la operación militar rusa, el 24 de febrero.
«Del 24 de febrero de 2022, cuando comenzó el ataque armado de Rusia contra Ucrania, hasta la medianoche del 28 de marzo, la Acnudh registró 2.975 víctimas civiles en el país: 1.151 muertos y 1.824 heridos», dice un nuevo informe del ente publicado en su página web, según informó Télam.
Entre los fallecidos se cuentan 229 hombres, 171 mujeres, 15 niñas, 34 niños, así como 648 adultos y 54 menores cuyo sexo se desconoce. El documento también detalla que de los heridos 203 son hombres, 152 mujeres, 34 niñas, 26 niños.
La Acnudh precisa que en el territorio controlado por las autoridades ucranianas –en particular, la capital y las regiones de Kiev, Cherkasy, Chernígov, Járkov, Jersón, Nikolaev, Odesa, Sumy, Zaporizhzhia, Dnipropetrovsk y Zhitómir– fallecieron 774 civiles, mientras otras 896 personas resultaron heridas.
En las regiones separatistas y rusoparlantes de Donetsk y de Lugansk 377 personas perdieron la vida y 928 resultaron heridas, de ellos 60 muertos y 228 lesionados corresponden al territorio controlado por las repúblicas populares y 317 fallecidos y 700 heridos, a las zonas bajo el control de Kiev.
También se indica que la mayoría de las víctimas registradas «se debieron al uso de armas explosivas con una amplia área de impacto, incluidos los bombardeos de artillería pesada y sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, ataques aéreos y con misiles».
El 24 de febrero Rusia lanzó una ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el Gobierno de Kiev venía cometiendo crímenes contra los habitantes de dos provincias rusoparlantes en la región del Donbass a las que, previamente, Moscú había reconocido como Estados independientes.
El reclamo del Kremlin incluye la violación por parte de Ucrania de los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas regiones –Lugansk y Donetsk, que en sendos referendos votaron por separarse de Ucrania- autonomía y posibilidades de elegir sus propias autoridades.