El pasado 18 de marzo Alberto Fernández, presidente de Argentina, culpó a la guerra de Rusia y Ucrania de la suba de precios. En concreto, argumentó que la inflación en nuestro país crece porque los valores internacionales del trigo y otros cereales crecieron ante el cierre de exportaciones en Europa. Esto se traslada a otros productos de la Canasta Básica Familiar también.
Sin embargo, ahora en Ucrania analizan la posibilidad de quitar las restricciones al respecto luego de que se aseguren provisiones suficientes para abastecer al mercado local. La necesidad económica lleva a los productores a pedir que se abran las fronteras comerciales para vender más de un millón de toneladas de trigo a distintas partes del mundo.
En concreto, el trigo, avena, aceite de girasol, huevos, maíz, azúcar, carne y otros alimentos de exportación fueron prohibidos a principios de marzo. La idea era prevenir una «crisis humanitaria» y estabilizar el mercado local de Ucrania reteniendo las cosechas según Télam. Claro está que económicamente dañó al país pero como reunieron el inventario suficiente, deciden retomar las ventas al exterior.
Ucrania y su rol: ¿Qué pasará con la harina en Argentina?
Teniendo en cuenta que Alberto Fernández acusó a Ucrania y Rusia de ser los causantes de la inflación en nuestro país, ahora que se abren las fronteras los precios deberían bajar. Se estima que un tercio de las exportaciones mundiales de esta materia prima provienen de ambos países y que afectó de manera global su rápida salida del mercado.
En el caso del pan, producto derivado de la harina, se supone que tendría que recuperar su precio de principios de mes aunque en el Gobierno también culpan a los productores locales de «aumentar especulativamente». Con un aumentó un 25,83% durante los últimos 30 días, alcanzó los U$S 405 la tonelada con picos de hasta 500 dólares según la cotización estadounidense.
