Decenas de miles de hogares en Japón seguían sin electricidad este jueves por la mañana después de que un terremoto de magnitud 7,4 se produjera poco antes de la medianoche, dejando a oscuras una franja del noreste del país, cortando los principales enlaces de transporte y matando a cuatro personas.
Empresas como Toyota Motor y el fabricante de chips Renesas Electronics se apresuraron a evaluar el impacto, ya que cualquier interrupción de la cadena de suministro probablemente añadirá presión a la tensa producción mundial de teléfonos inteligentes, productos electrónicos y automóviles.
El seísmo dejó un servicio de tren bala Shinkansen suspendido indefinidamente. Al menos una de las principales autopistas de la región cerrada para realizar controles de seguridad. Al menos 107 personas resultaron heridas, varias de ellas de gravedad, y 4.300 hogares seguían sin agua a media mañana.
El primer ministro, Fumio Kishida, confirmó que cuatro personas habían muerto y que el gobierno estaría en alerta máxima ante la posibilidad de nuevos temblores fuertes en los próximos dos o tres días. El temblor trajo recuerdos del terremoto de magnitud 9,1, que se produjo el 11 de marzo de 2011 en la misma zona, informó Reuters.
Hace diez años, tras el temblor, un tsunami con olas de 9 metros paralizaron a la central nuclear de Fukushima. El archipiélago nipón está situado en el denominado «Cinturón de Fuego» del Pacífico, un arco de intensa actividad sísmica donde chocan las placas tectónicas. El mismo se extiende a través del sureste asiático y la cuenca del Pacífico.