«La Unión Soviética siempre vivió bajo sanciones y logró el éxito», expresó este viernes el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en una reunión con su homólogo de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko. «Se desarrolló y alcanzó un éxito tremendo», apuntó. Asimismo, Putin destacó «avances positivos» en las negociaciones con Ucrania.
«Sin duda le informaré sobre la situación de la parte ucraniana y (…) sobre el estado actual de las negociaciones. Ahora se están llevando a cabo casi a diario. Hay ciertos avances positivos, según me han informado nuestros negociadores», agregó el mandatario ruso.
El presidente ruso anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania. Según el Ministerio de Defensa, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica, informaron Reuters y Sputnik.
Por vez primera, las sanciones occidentales incluyen la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT. También la inmovilización de las reservas internacionales de su Banco Central y, en el caso de Estados Unidos y Reino Unido, el embargo sobre la importación de petróleo ruso.
Por su parte, el Ejecutivo ruso añadió decenas de nuevos nombres a la lista de «países inamistosos». Para realizar transacciones nacionales y extranjeras, las entidades rusas tendrán que solicitar el visto bueno de la comisión gubernamental para el control de inversiones extranjeras.
Actualmente, figuran en la lista: Australia, Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos, Islandia, Japón, Mónaco, Montenegro, Noruega, Nueva Zelanda, San Marino, Singapur, Suiza, Taiwán. También están incluidos los 27 Estados miembros de la Unión Europea y Ucrania.