El exgobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri, fue condenado a ocho años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Esta resolución sale luego de una investigación judicial en la que acusan al embajador argentino en Israel de desviación de fondos públicos. Alberto Fernández le aceptó la renuncia tras conocer el fallo.
Los cargos en su contra son “negociaciones incompatibles con la función pública, peculado e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. En concreto, se trata de la causa «imprentas» donde el funcionario junto a Pedro Báez, exministro de Cultura y Comunicación, y Juan Pablo Aguilera, exlegislador y cuñado del dirigente, defraudaron al Estado provincial por direccionar y cartelizar de publicidad estética la provincia.
La financiación de estos carteles salió de fondos públicos millonarios y ahora Sergio Urribarri deberá afrontar ocho años en prisión más una multa de $180.000. Sin dudas lo más destacado es que está inhabilitado de manera perpetua para ejercer cargos públicos, por lo que al salir el fallo hizo un descargo poniendo a disposición de Alberto Fernández su renuncia.
«El fallo de primera instancia de hoy es una clara muestra de arbitrariedad, injusticia y atropello al Estado de Derecho. Voy a apelar con la convicción de que me asiste la razón. No obstante, he puesto a disposición del presidente mi renuncia como embajador«, escribió Uribarri en su cuenta de Twitter. Instantes después informaron en LN+, en el programa de Luis Majúl, que el presidente se la aceptó.
Alberto Fernández no esperó
Más allá de que el exgobernador entrerriano adelantó que apelará el fallo, lo que le permite seguir en su función hasta que se resuelva lo contrario, el jefe de Estado decidió no esperar. Minutos después del escrito del embajador le comunicó a Santiago Cafiero, canciller argentino, que le tome la renuncia y que inicie la búsqueda para un reemplazante.