Este martes, las fuerzas de Rusia intentaban atravesar las defensas de Ucrania a lo largo de casi toda la línea del frente de batalla en el este del país, iniciando lo que el presidente Volodímir Zelenski llamó la «batalla del Dombás», una segunda fase de la guerra que se espera desde hace días.
«Una parte muy grande de todo el ejército ruso está ahora concentrada en esta ofensiva», dijo Zelenski. «No importan tropas rusas enviadas allí, lucharemos. Nos defenderemos», afirmó. El jefe de gabinete ucraniano, Andri Yermak, aseguró a la ciudadanía que sus fuerzas pueden contener la ofensiva en «la segunda fase de la guerra».
«Crean en nuestro ejército, es muy fuerte», agregó. Mientras tanto, en la asediada ciudad en ruinas de Mariúpol, Rusia dio un ultimátum a los últimos defensores ucranianos atrincherados en una gigantesca acería para que se rindan antes del mediodía o enfrenten una muerte segura.
«Todos los que depongan las armas tienen la garantía de seguir vivos», dijo el Ministerio de Defensa ruso. Los separatistas apoyados por Rusia dijeron que las fuerzas partidarias del Kremlin se están preparando para asaltar la fábrica Azovstal. Esta sería la última base de las tropas ucranianas que han sobrevivido al asedio más largo y brutal de la guerra, informó Reuters.
El gobernador de la provincia rusa de Bélgorod dijo que las fuerzas ucranianas habían atacado un pueblo fronterizo, hiriendo a un residente. Los medios de comunicación ucranianos información de una serie de explosiones, algunos potentes, a lo largo de la línea del frente en la región de Donetsk, con bombardeos en las ciudades de Márinka, Sloviansk y Kramatorsk.
También se escucharon explosiones en Járkov, en el noreste del país, en Mikolaiv, en el sur, y en Zaporiyia, en el sureste, mientras que las sirenas antiaéreas también sonaban en los principales centros cercanos a la línea del frente, según las autoridades y los medios de comunicación.