El día miércoles, en Argentina, Cristina Fernández de Kirchner dio inicio a la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana. El discurso de los Vicepresidenta, realizado en el Centro Cultural Kirchner, fue presenciado por representantes europeos y latinoamericanos. Por parte de los Parlamentarios de Europa, hubo quejas por el «bochornoso espectáculo» de la ex Presidente.
La exmandataria inauguró la 14° sesión plenaria de EuroLat 2022. Esta Asamblea la conforman 75 diputados europeos y misma cantidad de legisladores de Sudamérica y el Caribe. La vicepresidenta fue la encargada de dar inicio a la sesión y tuvo un discurso para la interna de Argentina. Algunas de sus frases fue direccionada para Alberto Fernández. Sus palabras no cayeron bien en los eurodiputados conservadores.
“Queremos trasladarle nuestro profundo malestar tras el bochornoso espectáculo que se ha producido durante la sesión inaugural de la sesión plenaria de la Asamblea”, expresa la primera parte del comunicado del Grupo del Partido Popular Europeo (PPE). “No puede ser instrumentalizado ni utilizado con la finalidad partidista por la que ha transcurrido el acto celebrado hoy, más propio de un mitin político que el de un parlamento democrático legislativo”, añade la misiva de los legisladores.
La presentación pide que se haga llegar su «más profunda protesta por la situación acaecida«. Los europeos siguieron con su enojo por lo que tuvieron que presenciar en el CCK cuando habló Cristina Kirchner porque, para ellos, es «una falta de adecuación a la cortesía parlamentaria y al respeto institucional». La carta fue publicada por el periodista Eduardo Feinmann en su cuenta de Twitter.
La frase más destacada que tuvo la ex Presidenta pareció habérsela mandado a Alberto Fernández. Cristina Kirchner sostuvo: «El poder es cuando alguien adopta una decisión y esa decisión se puede aplicar y es respetada por el conjunto de la sociedad. Que te pongan la banda y te den el bastón es un poquito…, ni te cuento si además no se hacen las cosas que hay que hacer». No cayó bien en los eurodiputados, ¿y en Casa Rosada?.
