El mundo perdió el año pasado una superficie forestal del tamaño del estado norteamericano de Wyoming, mientras los incendios forestales en Rusia batían récords históricos y la deforestación brasileña del Amazonas seguía siendo elevada, según un informe del proyecto de vigilancia forestal mundial sobre el cambio climático.
Global Forest Watch, que está respaldado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), una organización sin ánimo de lucro, y que se basa en datos forestales recogidos por la Universidad de Maryland, señaló en un informe que en 2021 se perdieron unos 253.000 kilómetros cuadrados de bosque.
Los bosques constituyen un amortiguador contra el cambio climático debido a las enormes cantidades de dióxido de carbono que absorben, y su rápida destrucción está poniendo en peligro los objetivos climáticos mundiales, señalaron los analistas del WRI en una sesión informativa.
El alto nivel de pérdida de bosques en 2021, aunque se mantiene prácticamente estable con respecto a 2020, no coincide con el compromiso anunciado por más de 100 líderes mundiales en una cumbre climática de las Naciones Unidas (COP26) el pasado mes de noviembre de detener la deforestación para 2030, explicaron los analistas, informó Reuters.
Las causas de la reducción de la cubierta forestal incluyen factores humanas y naturales, así como la deforestación, los incendios forestales y otro tipo de destrucciones. La pérdida de 37.500 kilómetros cuadrados de bosque tropical primario es especialmente preocupante porque la densa vegetación contiene altos niveles de carbono, según los analistas del WRI.
Esa destrucción se debió en su inmensa mayoría a la tala permanente del territorio, con más del 40% de esa pérdida en Brasil. Los fríos bosques boreales de las regiones más septentrionales, como Canadá, Rusia y Alaska, perdieron más de 80.000 kilómetros cuadrados de superficie el año pasado, el nivel más alto desde que se iniciaron los registros en 2001.