En el Congreso de la Nación se está debatiendo el proyecto oficialista para reformar el Consejo de la Magistratura. Lo que ocurre es que la Corte Suprema de Justicia dio un plazo de 120 días para reorganizar dicho organismo y el viernes este plazo llega a su fin con la propuesta sin votar. Esto quiere decir que el máximo tribunal decidirá por sus propios medios como estará compuesto.
Sin embargo, este jueves se aprobó por siete votos contra cinco que el presidente del cuerpo, Alberto Lugones, pueda tomar decisiones administrativas y presupuestarias luego de vencido el plazo. Esto quiere decir que el ente fiscalizador de jueces y fiscales seguirá funcionando, sus representantes cobrarán el sueldo y mantendrán sus puestos hasta que haya una resolución.
Cabe remarcar que los votos en contra corresponden a varios consejeros que consideran que la Corte Suprema hará un buen trabajo. De hecho, uno de los jueces que se manifestó en contra advirtió que era infringir las normas seguir trabajando luego del viernes. De todos modos, se espera que la próxima semana el máximo tribunal se haga cargo de este órgano.
“No me gusta el fallo de la Corte pero como juez debo cumplirlo”, aclaró Lugones según Télam. Desde el lunes se volverá a la ley del 2006 que integraba el Consejo con veinte miembros y la presidencia a cargo del titular de la Corte Suprema, para esta ocasión sería Horacio Rosatti. Mientras tanto, en el parlamento trabajan a contrarreloj en busca de evitar esta situación.
Reforma al Consejo de la Magistratura: el Congreso no hace a tiempo
La semana pasada, la Cámara de Senadores le dio media sanción al proyecto del Frente de Todos. El mismo propone que se eleve de 13 a 17 sus miembros aunque todavía no se debatió en Diputados. Como falta un día para que la Corte de su veredicto, no hay lugar a tratar la propuesta y deberá ser trabajada más adelante si quieren que la ley del 2006 deje de tener efecto.