El Senado de Estados Unidos confirmó el jueves a Ketanji Brown Jackson, de 51 años, como la primera jueza negra de la Corte Suprema, una decisión histórica prometida por el presidente Joe Biden durante la campaña electoral. Con 53 votos a favor y 47 en contra, la magistrada será una de los nueve miembros del máximo tribunal.
«Es un día extraordinario y creo que es una declaración muy importante sobre lo que somos como nación que pongamos a la jueza Ketanji Brown Jackson en el más alto tribunal de nuestro país. Así que creo que todos debemos alegrarnos», dijo la vicepresidenta Kamala Harris, informó Télam.
La relevancia de este nombramiento vitalicio, el primero realizado por Biden, es clave para que el oficialismo pueda garantizar un cierto equilibrio de poder en la Corte Suprema, que se vio alterado en la presidencia del republicano Donald Trump cuando pasó a tener una mayoría conservadora de seis de los nueves jueces que la integran.
El máximo tribunal ejerce de árbitro en muchos debates sociales importantes en el país y este año deberá definir si mantiene el derecho al aborto, si extiende el derecho a portar armas o si desmantela ciertas regulaciones ambientales. Jackson fue designada para reemplazar al juez progresista Stephen Breyer, de 83 años, quien a fines de enero anunció su jubilación para mediados de este año.
Jackson era magistrada de la Corte Federal de Apelaciones de la ciudad de Washington, considerado el segundo tribunal más importante del país y una plataforma para ascender al Supremo. La jueza, una graduada de Harvard que trabajó para Breyer y se desempeñó como asistente del defensor público federal.