Este jueves, el número de muertos por los deslizamientos de tierra e inundaciones en Filipinas, causados por la tormenta tropical Megi en Asia, se elevó a 133 según últimas cifras oficiales, tras el hallazgo de más cuerpos en poblados cubiertos de lodo.
Aún hay cientos de personas desaparecidas y los rescatistas temen que podrían haber muerto, luego de que la tormenta azotó al archipiélago a lo largo de varios días. Las fuertes lluvias obligó a decenas de miles a refugiarse en centros de evacuación, informó Télam.
En la provincia central de Leyte fue la más golpeada por Megi y los devastadores aludes arrasaron comunidades agrícolas y pesqueras, destruyendo casas a su paso. La región suele ser azotada por tormentas y los científicos advierten que, como consecuencia del cambio climático, se volvieron incluso más potentes.
Personal de emergencia en el municipio de Abuyog recuperó decenas de cuerpos de la aldea costera de Pilar, destruida el martes por un deslizamiento de tierra. En ese municipio murieron al menos 43 personas y unas 150 permanecen desaparecidas, según informó Lemuel Traya, alcalde de Abuyog, tras señalar que hay pocas esperanzas de encontrar sobrevivientes.
Otras 86 personas murieron y decenas resultaron heridas en las aldeas en torno de la ciudad de Baybay, indicaron las autoridades locales. El mal tiempo y el lodo complicaron las tareas de rescate en Pilar, cuyo suelo era inestable. Los rescatistas también revisaban la costa luego de que algunos cadáveres fueron arrastrados por la corriente marina.
Megi azotó al inicio de las celebraciones de Semana Santa, una de las principales fiestas en este país de mayoría católica cuando miles de personas suelen viajar para visitar familiares. Ocurrió cuatro meses después de que un supertifón devastara gran parte del país, donde mató a más a centenares de personas y dejó a cientos de miles sin casa.