Este martes, el Kremlin manifestó que las acusaciones occidentales de que las fuerzas de Rusia cometieron crímenes de guerra al ejecutar a civiles en Bucha, al este de Ucrania, son una «monstruosa falsificación» destinada a denigrar a su ejército.
Desde que las tropas rusas se retiraron de las ciudades y pueblos de los alrededores de Kiev, las tropas ucranianas han estado mostrando a los periodistas cadáveres de lo que dicen que son civiles muertos por las fuerzas rusas, casas destruidas y autos quemados. Occidente dice que los civiles muertos son una prueba de los crímenes de guerra.
«Es simplemente un espectáculo bien dirigido, pero trágico», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. «Es una falsificación destinada a denigrar al ejército ruso, y no funcionará», agregó. «Instamos una vez más a la comunidad internacional: despréndanse de tales percepciones emocionales y piensen con la cabeza», expresó Peskov.
«Comparen los hechos y comprendan la monstruosa falsificación a la que nos enfrentamos», manifestó. El clamor por el descubrimiento de tantos civiles muertos tras la retirada de Rusia de las zonas cercanas a Kiev, generó promesas occidentales de imponer sanciones aún más duras a Rusia, informó Reuters.
Rusia tacha las pruebas de las ejecuciones de civiles en Bucha como una estratagema cíclica de Ucrania y sus apoyos occidentales, que según Moscú están atenazados por una paranoia discriminatoria antirrusa. «Se trata de falsificaciones que maduraron en la imaginación cínica de la propaganda ucraniana», dijo Dmitri Medvédev, vicesecretario del Consejo de Seguridad ruso.