El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, sufrió un golpe a su autoridad este jueves cuando los legisladores iniciaron una investigación sobre si había engañado al parlamento en sus respuestas iniciales a los informes de que él y su equipo violaron las reglas de la pandemia del coronavirus.
Johnson ha estado luchando por la supervivencia política durante meses, después de que le manifestara al parlamento que su oficina de Downing Street había seguido todas las reglas de cierre durante la pandemia del coronavirus, solo para que un informe interno descubriera que había celebrado fiestas alimentadas con alcohol en ese momento.
Desde entonces, la policía británica multó a Johnson, su esposa y varios integrantes de su equipo. El premier niega haber engañado deliberadamente al parlamento, lo cual es un asunto de renuncia, y dice que «no se dio cuenta de que estaba infringiendo las reglas». También ha pedido disculpas por su conducta.
Durante un debate parlamentario, los políticos de todos los partidos pidieron que Johnson se fuera, y los legisladores respaldaron una moción de la oposición de que sus declaraciones «parecen engañar a la Cámara» y deberían ser investigadas por su Comité de Privilegios. Los conservadores de Johnson no se opusieron a la medida, informó Reuters.
El episodio reaviva las preguntas sobre el futuro de Johnson, con más revelaciones y posibles multas por fiestas de confinamiento y se espera que las elecciones locales del 5 de mayo revelen que la confianza de los votantes en su liderazgo se ha visto gravemente dañada.