La Oficina del Defensor del Pueblo, dependiente del Gobierno de Ucrania, denunció la desaparición de más de 15.000 personas a raíz de la invasión rusa sobre el territorio. Asimismo, pese a que Vladimir Putin había prometido no bombardear a civiles, las Naciones Unidas confirmó un total de 1700 ciudadanos asesinados por las tropas de Rusia. En paralelo, 20 hospitales han sido bombardeados.
Así lo informó la comisionada para los Derechos Humanos de la Verjovna Rada, Liudmyla Denisova, en el canal de televisión Espreso. «Hemos contado más de 15.000 casos de este tipo. Los registramos cuando los ciudadanos recurren a nosotros y sabemos claramente quiénes son esas personas, cuál es su fecha de nacimiento y dónde desaparecieron», sostuvo.
También brindó detalles sobre la vulneración de derechos humanos sobre niños y mujeres ucranianas por parte de las fuerzas rusas. «Lo hacen deliberadamente y pretenden hacer tanto daño a nuestras niñas que nunca se acerquen a ningún otro hombre, es decir, quieren que los niños ucranianos no sean concebidos en absoluto», explicó. Según los registros, un total de 176 menores de edad fueron asesinados.
Instituciones bombardeadas en Ucrania
Además, el ministro de Salud de Ucrania, Viktor Liashko, aseguró que 307 centros médicos y 21 hospitales fueron destruidos por los continuos ataques. «Estos hospitales no se pueden reconstruir y habrá que construir otros nuevos en su lugar», precisó a medios locales. A su vez, el funcionario remarcó la importancia de instalar más hospitales de campaña en los países que albergan a los refugiados.
Por su parte, Europa Press anunció que 928 instituciones educativas denunciaron daños materiales desde el principio de la guerra, mientras que 84 quedaron completamente destruidas. Cabe destacar que muchos de estos establecimientos funcionaron y funcionan como centros de refugio para los desplazados internos. Allí reciben comida, agua y albergue hasta redefinir su situación.
Alexander Dvornikov, el nuevo general
El Kremlin reorganizó su cúpula militar para lograr una “victoria” para antes del 9 de mayo. Para esto, se designó al general Alexander Dvornikov, con experiencia en el comando de tropas de Siria. En 2015, Rusia envió al militar para proteger el régimen de Bashar al-Asad frente a los diferentes bandos opositores formados tras la insurrección de 2011 y el autodenominado Estado Islámico.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido , declaró que entre el inicio de la intervención en septiembre de 2015 y finales de febrero de 2016, los ataques aéreos rusos mataron al menos a 1700 civiles, incluidos más de 200 niños. El informe también indicó que los ataques rusos mataron a más civiles que el Estado Islámico o el ejército sirio. Para fines de 2017, el número se había elevado a 5703.