Luego de los anuncios sobre política energética de esta mañana, el presidente Alberto Fernández promulgó la Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial. Allí estuvieron Matías Kulfas, especialistas y activistas por la legalización de la marihuana, como la agrupación Mamá Cultiva, emprendedores y cultivadores independientes. El jefe de Estado celebró la legislación como un triunfo “contra la hipocresía”.
El discurso de Alberto Fernández
«El cannabis era para gran parte de la sociedad una palabra prohibida; pero las voces de unas madres llamaron la atención de muchos; podían resolver los problemas de la gente», sostuvo el mandatario en el Salón de las Mujeres de Casa de Gobierno. Así, no solo dijo ser “muy liberal” con respecto a este tema, sino que habló de este hito como un “triunfo de la sociedad contra la hipocresía”.
“Yo he visto a lo largo de mi vida una reacción de la sociedad contra la hipocresía. Lo vi con la Ley de Divorcio, durante el Gobierno de Alfonsín. Pasaron los años y vino la discusión del matrimonio igualitario; yo me acuerdo que de ese debate participé. Pasó el tiempo y yo, que soy un empedernido luchador contra la hipocresía, dije que ha llegado la hora de que la interrupción del aborto sea un delito”, detalló.
“Todas esas fueron batallas que hemos dado contra la hipocresía. Hoy estamos ganando otra batalla contra la hipocresía”, sentenció Alberto Fernández. De este modo, tal como explicó anteriormente Matías Kulfas, no solo habrá una mayor flexibilidad en el cultivo de cannabis con fines medicinales, sino que el Gobierno impulsará su producción industrial. Acorde se señaló, la ley garantizará una producción con calidad productiva, trazabilidad y generar desarrollo regional en muchas provincias de la Argentina.
Impulso para el sector industrial
De este modo, no solo se piensa en la promulgación de esta ley como un paso hacia la salud de las personas, sino como una forma de generar ingresos económicos a la industria. “Necesitamos que adquiera una dimensión mayor de producción que la que nosotros generamos en nuestras casas”, destacó Fernández. “Hicimos una ley mejor con el aporte de quienes la demandaron”.
La generación de trabajo también es otro de los objetivos del Ministerio de Desarrollo Productivo y de ciertos sectores industriales más ligados al cultivo. «En el 2024, el mercado internacional del cannabis va a representar un mercado internacional de 42.700 millones de dólares», agregó el presidente, quien postuló a la Argentina como un potencial exportador del producto.
Contra la ley
El pasado 5 de mayo, la Cámara de Diputados convirtió en Ley el proyecto que establece un nuevo marco regulatorio para el cannabis medicinal y cáñamo industrial. Obtuvo 155 votos afirmativos, 56 negativos y 19 abstenciones. La iniciativa recibió el rechazo de parte de Juntos por el Cambio, los bloques libertarios de Javier Milei y José Luis Espert, y de miembros de otros interbloques.
“El Estado no tiene políticas de combate de la droga ni de las adicciones. En ese marco venimos a poner un nuevo commodity bajo el ropaje del cannabis medicinal. Queda claro que lo que viene después es la legalización de la marihuana”, alertó la diputada Graciela Camaño. Martín Tetaz también se posicionó en contra, pero por su gasto. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, este proyecto tendrá un impacto fiscal de $150 millones; de ese monto, $90 millones serán destinados a pagar sueldos.
¿De qué se trata la ley?
La ley, fuertemente apoyada por el Frente de Todos, brinda un marco regulatorio para la inversión pública y privada en toda la cadena del cannabis medicinal y complementa la actual legislación, la Ley 27.350. En el caso del cáñamo industrial, se apunta a legalizar los eslabones productivos, los de comercialización y sus subproductos.
Además, contempla también la creación de una agencia reguladora, que oficiará como órgano rector y articulador de la cadena productiva del cannabis. Tendrá a su cargo las múltiples instancias de regulación involucradas: la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame), que funcionarán como organismos autárquicos.