La guerra entre Rusia y Ucrania cumple hoy, 24 de mayo, tres meses desde su inicio. De allí en adelante, Vladimir Putin fue una de las personas más nombradas alrededor del mundo ya sea por sanciones, críticas o algunos ultranacionalistas que lo defienden. En cualquiera de los casos, su figura tomó más relevancia en el plano mundial al punto tal que lo han comparado con diferentes dictadores de la historia.
Ahora el referente de la Verjovna Rada, Oleksandr Merezhko, amenazó al mandatario ruso aunque antes deseó que sea acusado por la Corte Penal Internacional. «Tengo muchas ganas de verlo en el banquillo del tribunal internacional. Pero para ser procesado en la Corte Penal Internacional, debe ser arrestado físicamente, porque es problemático hacerlo in absentia. Desafortunadamente, todavía es difícil capturarlo físicamente«, lamentó.
Sin embargo, el dirigente ucraniano sostuvo que «uno tiene que ser realista. Vladimir Putin puede correr la suerte de Khadafy o Ceausescu. Puede ser eliminado por sus oligarcas, quienes eventualmente se aburrirán de algo. Lo más probable es que termine como Gadafi«, amenazó. De esta manera, la tensión que ya había en Europa se duplica aunque no fue todo lo que dijo el representante.
También comparó al jefe de Estado ruso con Adolf Hitler porque ambos «pretenden arrastrar a su séquito a la tumba o quizás incluso a todo un país». A pesar de ello, reiteró que «debe haber un juicio serio y abierto del criminal de guerra número 1 del mundo. Es importante para el desarrollo del derecho internacional. Tiene que ser un ejemplo para otros dictadores», informó NA.
Los dictadores con los que compraran a Vladimir Putin
En sus declaraciones, Oleksandr Merezhko, mencionó a Khadafy, quien estaba acusado de crímenes de lesa humanidad. En 2011 fue capturado y asesinado por militares de la CNT que le dispararon en el estómago y en la sien. Detalle no menor es que sucedió luego de un ataque de la OTAN a su sector, una situación que está próxima a ocurrir en Rusia.
Por otro lado, Nicolae Ceau?escu fue un político comunista rumano acusado de delitos de lesa humanidad, genocidio, enriquecimiento ilícito y daños a la economía nacional. El 25 de diciembre de 1989 fue condenado a muerte junto a su esposa y así mismo sucedió aunque un año después salió a la luz que entre 80 soldados lo fusilaron y recibieron cerca de 120 impactos de bala, todo transmitido a televisión abierta para calmar a la sociedad. De allí en adelante se abolió la pena de muerte en Rumania.
