Este lunes, Kiev reveló sus peores pérdidas militares por un solo ataque durante la guerra en Ucrania: 87 personas que murieron la semana pasada cuando las fuerzas de Rusia atacaron un cuartel que albergaba tropas en una base de entrenamiento en el norte del país.
La revelación de que decenas de personas habían muerto en el ataque demostró la capacidad de Rusia para infligir enormes pérdidas, incluso lejos del frente. Antes, Kiev había dicho que ocho personas murieron en el ataque del 17 de mayo contra el cuartel en la ciudad de Desna.
«Hoy hemos terminado los trabajos en Desna. En Desna, bajo los escombros, hubo 87 víctimas. Ochenta y siete cadáveres», expresó el presidente Volodímir Zelenski durante su discurso a los líderes empresariales en Davos. Moscú había dicho entonces que había atacado una base de entrenamiento con misiles de largo alcance.
El número de víctimas que Zelenski anunció fue más del doble del número de muertos de un ataque similar contra una base de entrenamiento en Yaraviv, en el oeste, en marzo. «La historia está en un punto de inflexión (…) Este es realmente el momento en el que se decide si la fuerza bruta gobernará el mundo», expresó en su discurso, en el que pidió las máximas sanciones económicas para Rusia, informó Reuters.
En los últimos combates en el frente de batalla, Kiev dijo que había frenado un asalto ruso a Sievierodonetsk, una ciudad oriental que se ha convertido en el principal objetivo de la ofensiva de Moscú desde que tomó Mariúpol la semana pasada. « Las fuerzas rusas intentaron asaltar Sievierodonetsk, pero no lo consiguieron y se retiraron», dijo la oficina de Zelenski.