La región industrial del Donbás, foco de las recientes ofensivas de Rusia, ha sido destruida, según declaró el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, mientras algunos de los países más ricos del mundo se comprometían a reforzar Kiev con miles de millones de dólares.
Desde que se apartó de la capital ucraniana, Rusia está utilizando artillería y blindaje a escala masiva para intentar capturar más territorio en el Donbás, compuesto por las zonas de Donetsk y Lugansk, que Moscú reclama en nombre de los separatistas. «Los invasores están tratando de ejercer aún más presión. La zona es un infierno, y no es una exageración», expresó Zelenski a última hora del jueves.
«(Hay) constantes ataques sobre la región de Odesa, sobre las ciudades del centro de Ucrania. El Donbás está completamente destruido», agregó. Moscú llama a su invasión una «operación militar especial» para librar a Ucrania de fascistas, una afirmación que Kiev y sus aliados occidentales dicen que es un pretexto sin fundamento para una guerra no provocada.
A punto de cumplirse los tres meses de la invasión, el Senado de Estados Unidos aprobó por abrumadora mayoría una nueva ayuda de casi 40.000 millones de dólares para Ucrania, el mayor paquete de ayuda de Estados Unidos hasta la fecha. El G7 también acordó proporcionar a Ucrania 18.400 millones de dólares, informó Reuters.
Ucrania dijo que el dinero aceleraría la victoria sobre Rusia y que era tan importante como «las armas que proporciona». La guerra ha hecho que los precios mundiales de los cereales, los aceites de cocina, el combustible y los fertilizantes se disparen. La Unión Europea anunció que estudia la forma de utilizar los activos congelados de los oligarcas rusos para financiar la reconstrucción de Ucrania.