Rusia está aumentando los suministros de combustible y nafta a África y Oriente Medio, ya que tiene dificultades para vender combustible en Europa, en un momento en que Asia ya está recibiendo mayores volúmenes de crudo ruso, según datos de Refinitiv Eikon y fuentes.
Es probable que la evolución aumente la competencia por los clientes asiáticos entre Rusia y otros grandes exportadores de combustible —Arabia Saudita y Estados Unidos—, que son los tres principales proveedores de Asia. La Unión Europea ha reducido lentamente las importaciones de crudo y combustible ruso desde marzo y ha acordado un embargo total que entrará en vigor a finales de 2022.
Los compradores asiáticos han intervenido para aumentar rápidamente las compras de crudo ruso, a pesar de que Asia no es un mercado natural para el combustible ruso porque la región refina más petróleo del que necesita y es un exportador neto de combustible.
Esto hace que sea fundamental para Rusia encontrar nuevas salidas a fin de proteger su cuota de mercado mundial y evitar un mayor descenso de las exportaciones y la producción de petróleo. Moscú exportaba más de 2,5 millones de barriles diarios (bpd) de crudo y unos 2 millones de bpd de combustible a Europa antes de las sanciones al sector financiero ruso, que han dificultado mucho el comercio, informó Reuters.
A pesar de los mayores costes de envío, el suministro de productos petrolíferos rusos a África y Oriente Medio ayuda a las empresas comerciales a preservar los márgenes, ya que las opciones de reventa de productos petrolíferos en Europa se han visto limitadas debido a las sanciones, según los operadores.