Este miércoles, las tropas de Ucrania que resistían en las ruinas de Sievierodonetsk sufrieron un nuevo y fuerte ataque por parte de las fuerzas militares de Rusia, que consideran que la captura de la ciudad industrial es clave para el control de la región circundante de Lugansk.
En el sur del país, otro importante campo de batalla en la guerra, las autoridades manifestaron que los ataques rusos a sitios agrícolas, incluidos almacenes, estaban agravando una crisis alimentaria mundial que ha suscitado temores de hambruna en algunos países en desarrollo.
Turquía recibió al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, para discutir un plan de la ONU para abrir un corredor en el Mar Negro para las exportaciones de granos de Ucrania. Lavrov explicó que Ucrania «primero debe desminar sus puertos», una medida que Kyiv teme que la haga más vulnerable a los ataques desde el mar.
Las fuerzas rusas se han centrado durante semanas en apoderarse de Sievierodonetsk, que era el hogar de unas 106.000 personas antes de que Moscú invadiera Ucrania el 24 de febrero. El gobernador de la región de Lugansk dijo que las fuerzas ucranianas no entregarían la ciudad. «La lucha continúa y nadie va a ceder la ciudad, incluso si nuestro ejército tiene que retroceder a posiciones más fuertes», expresó, informó Reuters.
Por otro lado, Ucrania y Rusia entregaron cada uno los cuerpos de 50 de sus soldados fallecidos en un intercambio que incluyó a 37 soldados ucranianos asesinados en la acería Azovstal de Mariupol, anunció el Ministerio de Reintegración de Ucrania. En un comunicado en su sitio web, el ministerio dijo que el intercambio tuvo lugar en la línea del frente en la región de Zaporizhzhia, en el sureste de Ucrania.