El Congreso de Ecuador debatía el domingo, por segundo día consecutivo, la posibilidad de destituir al presidente de derecha Guillermo Lasso, acusado por un sector opositor de provocar «la conmoción interna» que dejan dos semanas de protestas indígenas con al menos cinco muertos.
Luego de casi ocho horas de deliberaciones el sábado, en las que participaron 30 de los 137 diputados que componen el parlamento, la sesión virtual fue aplazada para el domingo por la tarde, por lo que se presume que la sesión se extenderá hasta más allá de la medianoche. La sesión fue nuevamente suspendida en la madrugada y continuará el martes, ya que quedaron pendientes 20 diputados por hablar del total de 84 inscriptos, informó Télam.
La bancada de Unión por la Esperanza, afín al expresidente socialista Rafael Correa, acusó a Lasso de la «grave crisis política y conmoción interna» que sacude al país desde el 13 de junio, con manifestaciones y bloqueos casi diarios. En ausencia en la sesión del jefe de Estado, procedente de las finanzas y no de la política partidaria, el secretario jurídico Fabio Pozo asumió su defensa.
Unos 14.000 indígenas protestan en Ecuador, indignados por el elevado costo de vida y la pobreza que castiga a sus territorios agrícolas. La destitución del mandatario requiere 92 de los 137 apoyos posibles en el Congreso. Después de los debates, los diputados tendrán un máximo de 72 horas para votar. De ser aprobado, el poder lo asumirá el vicepresidente Alfredo Borrero, y se llamará a elecciones presidenciales y legislativas para el resto del período (hasta 2025).
Al frente de las protestas, en las que han muerto cinco manifestantes y se cuentan cientos de heridos entre uniformados y aborígenes, está la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie). Lasso culpa del caos al presidente de esta organización, Leonidas Iza. «Aquí no hay un luchador social, aquí hay un anarquista (…) que quiere derrocar un gobierno», aseveró el gobernante.
Lasso redujo el precio de los combustibles
Lasso redujo el domingo los precios de los combustibles, principal reclamo de las manifestaciones indígenas. Aunque en un porcentaje menor al que piden miles de ciudadanos por el alto costo de vida, el mandatario de derecha cedió a una reducción de 10 centavos de dólar que deja el precio del diésel en 1,80 dólares y el de la gasolina corriente en 2,45.
Los indígenas exigen bajar las cotizaciones a 1,50 y 2,10 dólares respectivamente. Los cortes de ruta y la toma de más de mil pozos en medio del estallido tienen en jaque al petróleo, principal rubro de exportación del país. Si las protestas continúan, el país podría dejar de producir crudo en las próximas 48 horas, de acuerdo con el Gobierno.