Luego de que el exministro de Producción, Matías Kulfas, se arrepintiera y dijera que la empresa Techint estaba limpia de cualquier caso de corrupción, otro exfuncionario negó irregularidades. Antonio Prosanto, quien se desempeñaba como director de Enarsa o Energía Argentina hasta el mes pasado, ofreció su versión sobre el proceso de construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
Lo hizo ante el juez Daniel Rafecas, a cargo de la causa, en calidad de testigo. Acorde indicó NA, sostuvo que no existió tráfico de influencias o negociación incompatible con la función pública por parte de algún funcionario, con el objetivo de beneficiar a alguna empresa en la licitación. De esta manera, ofreció el mismo argumento que Kulfas para sostener la transparencia de la empresa encargada de la mayoría de las obras públicas del país.
Hace poco más de una semana, Kulfas había dejado trascender que todo el pliego se “hizo a medida” de la empresa. Pero a la hora de declarar el viernes pasado en Tribunales, dijo que él no conocía ninguna irregularidad. En vez de eso, mencionó sus tensiones con Cristina Kirchner. El día viernes explicó en Comodoro Py que sus cuestionamientos “no fueron más que discrepancias y discusiones políticas y de políticas públicas”.
¿Por qué renunció Prosanto?
Pronsanto explicó por qué renunció hace unas semanas en medio de una disputa política, algo que, hasta ahora, tanto él como Enarsa habían reservado. Su renuncia también se da en medio del fuerte cruce entre el albertismo y el kirchnerismo. Según explicó él al juez, su renuncia tuvo que ver con demoras en la toma de decisiones y la falta de coordinación entre los organismos intervinientes en la licitación del gasoducto.
En tanto, aseguró que los caños de 36 pulgadas son los más eficientes para dicha obra que conduce Techint. Sobre las válvulas, detalló que ningún oferente cumple con los plazos de entrega exigidos. Otra versión que se corrió a los medios es que, al ser insumos importados, estos tardaban meses en llegar, por lo que los plazos no se concretaban a tiempo. Esto sin contar el desbalance de Enarsa por la distribución de gas, por el cual no se realizó ningún contrato fijo.