Durante la última semana, Javier Milei defendió la venta de órganos. Su posición lo hizo acreedor de múltiples críticas, incluido un comunicado del Incucai repudiándolo. No obstante, el diputado nacional por La Libertad Avanza redobló la apuesta y fue por más. Hasta desafió al feminismo por querer retrucarle lo que piensa sobre la legalización del aborto. “Qué lindo que me vengan a cuestionar pañuelitos verdes”, disparó.
En diálogo con Casi Patriotas (La Nación +), aseguró: “No me arrepiento de haber dicho lo que dije sobre los órganos”. Y explicó: “Yo tengo un marco con el cual miro el mundo e interpreto una vida. A diferencia de la casta inmunda y política que está a la captura del voto, yo vengo a proponer un cambio de la Argentina. Cuando yo empecé a hablar en televisión, ser liberal era una mala palabra”.
A continuación, argumentó su posición respecto a la venta de órganos: “Acá hay dos definiciones: liberalismo, el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Y mercado, que es un proceso de cooperación social donde los individuos intercambian voluntariamente derechos de propiedad”.
“La primera propiedad que tenés es tu cuerpo. Por lo tanto, lo que vos hagas y dispongas, es tu decisión y no debería ser la de otra persona”, sostuvo el libertario. Tras ello, la periodista Sofía Diamante le preguntó si tenía conocimiento de algún país del mundo que haya desregulado la venta de órganos y por qué se mostraba a favor de ello y, en cambio, desaprueba la legalización del aborto.
Milei, jocoso, disparó: “Me encanta. Falacia ad populum”. Y explayó: “Con tu argumento, la Asamblea del Año XIII no debería haber determinado la libertad de vientres porque en el mundo regía la esclavitud. O sea, nos hubiéramos quedado todos esclavos. Con lo cual, lo que pase en el resto del mundo no me importa. A mí me importa el debate moral, de lo que es el libre mercado, de lo que es la libertad”, insistió el diputado.
Inmediatamente, entre risas, esgrimió: “Qué lindo que me vengan a cuestionar pañuelitos verdes sobre esto que han hecho un culto, de que yo tengo propiedad sobre mi cuerpo. Es interesante porque justamente la ciencia determina que la vida inicia desde la concepción y es un continuo hasta la muerte”, objetó Milei. Y aseguró: “Estoy en contra del aborto porque es un ser en evolución”.
“Digamos, en el mismo momento de la concepción se genera un nuevo ser con un ADN totalmente distinto. Por lo tanto, es un asesinato calificado agravado por el vínculo, donde además una persona está abusando de otra desde una disparidad de fuerzas enorme”, objetó el libertario. Y aseveró: “No es tu cuerpo, es otra persona. Agradezcan todos a sus madres que no pensaban así porque si no, de ustedes, no estaría ninguno acá”.
Qué había dicho Milei sobre la venta de órganos
Después de haber apoyado la venta de armas, Milei se mostró a favor de la venta de órganos al afirmar que se trata de “un mercado más”. “Es un mercado más y vos podrías pensarlo como un mercado. El problema es por qué todo tiene que estar regulando el Estado. Hay estudios de Estados Unidos que dicen que si dejaras esos mercados libres funcionan muchísimo mejor y tendrías menos problemas”, argumentó el diputado.
A su vez, el libertario continúo: “¿Por qué no puedo decidir sobre mi cuerpo? ¿Cuál es el problema? Si el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad, mi primera propiedad es mi cuerpo. ¿Por qué no voy a poder disponer de mi cuerpo? Hay un doble estándar: para que el Estado me esclavice, sí. Ahora, sí yo quiero disponer de una parte de mi cuerpo por el motivo que fuera, ¿cuál es el problema?”, planteó.
Por último, Milei –en declaraciones a Radio Mitre– retrucó: “El que decidió venderte el órgano, ¿en qué afectó la vida, la propiedad, la libertad de los demás? ¿Quién sos vos para determinar qué tiene que hacer él con su vida? Es su vida, es su cuerpo, es su propiedad. ¿Tenemos que tener tanto amor por la intervención al punto tal de no dejarle vivir la vida a la gente como quiere?”.