Se cumplieron 40 años del histórico traspaso de Diego Maradona al Barcelona de España. El ídolo había explotado todas sus virtudes en Argentinos Juniors y en Boca y ya era una figura del fútbol sudamericano. Josep María Minguella, agente de futbolistas, fue parte de la negociación que derivó en el pase y recordó la increíble historia que tuvo un momento totalmente inesperado para él: «Una pistola en la mesa».
En una charla con BBC, el español comentó cómo fue que surgió el interés del club español en Maradona: ya venía de la etapa en el «Bicho». «Entonces desde el banquillo salió este chico de físico sorprendente, vistiendo un pantaloncito corto que parecía de playa y con mucho pelo. Me enamoré de cómo tocaba el balón, de cómo se movía. Me enamoré del Maradona futbolista y yo que era del Barcelona de toda la vida entendí que debía traerlo como fuese», dijo.
Minguella intentó llevárselo en ese entonces pero hubo presiones para que Diego se quede en Argentina durante el Mundial de España 1982. Pero vivió un momento increíble cuando se sentó a negociar con el presidente del «Bicho», el comisario Domingo Tesone. «Espero que no te moleste si dejo la pistola encima de la mesa. No es por nada, pero pesa y es incómodo sentarse con ella», le dijo el dirigente. Y él respondió: «Hombre, si no se dispara sola, por mí no hay problema». «Fue el primer gran fichaje que hice y también el más largo y complicado», mencionó el español.
El lamento de Terry Fenwick
Otra declaración llamativa sobre Diego sucedió hace pocos días, cuando el inglés Terry Fenwick confesó: «Maradona recurrió a mí después del partido para intercambiar camisetas, pero yo estaba destrozado, muy molesto y desmoralizado. Quedamos fuera del Mundial por una mano». Y agregó: «Hodgie (Steve Hodge) dijo repetidamente que no la iba a vender. Era del momento más polémico de la historia del fútbol. Me hubiera gustado beneficiarme, pero antepongo el país y el fútbol a la ganancia personal».
El defensor inglés fue rival en aquel mítico partido de México 1986 y recordó: «Fui el único que persiguió al árbitro hasta la línea media protestando el gol. Pero luego me di la vuelta bruscamente cuando el árbitro metió la mano en su bolsillo porque pensé que podría ser una tarjeta roja». En cuanto al Gol del Siglo, manifestó: «Obviamente estaba muy conmocionado en ese momento por la Mano de Dios».