Uno de los temas más hablados durante la última semana en Argentina es la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. Esta gran obra generaría un alivio económico para el país porque ya no tendría que importar gas del extranjero aunque el proyecto demorará al menos un año además de varios millones de dólares. Todo el contexto junto a sus dificultades fue explicado por el periodista Carlos Pagni, quien lo relacionó también con el FMI.
«Hay una dimensión en la cual el problema o necesidad de hacer un gasoducto pega en el centro de la macroeconomía y está ligado a las grandes dificultades que tiene la economía argentina», alertó el comunicador en su programa de Odisea Argentina. Seguido a esto, explicó que «casi un tercio de las reservas hoy en día se va en importación de gas porque compramos mucho».
Visto desde ese lado, el gasoducto Néstor Kirchner sería una gran alternativa para abaratar costos aunque también trae sus complicaciones. «Hay un contexto delicado porque hay una dificultad en la obtención de metales, sobre todo acero. Para hacer la obra se necesita mucho acero para los caños y sin el segundo mayor productor de gas es complicado«, agregó.
En este mismo sentido, Carlos Pagni advirtió que «hay que conseguir acero en un momento en el que no hay acero. De hecho, hay metalúrgicas a nivel mundial que están cerrando«. Este sería uno de los primeros grandes problemas ya que los caños, que en su gran mayoría superan las 36 pulgadas de diámetro, necesitan mucho de este material.
El problema económico del gasoducto Néstor Kirchner
Por otro lado, el periodista también advirtió acerca del gasto y de los daños que esto puede ocasionar. «En junio teníamos que llegar a los 6.425 millones de dólares en reservas, en septiembre a 6.700 millones y terminar el año con 8.125 millones. En mayo apenas se acumuló 3.375 millones, habría que dar un gran salto», alertó el comunicador.
Seguido a esto, aseguró que «el gobierno se encamina a tener un problema de reservas en el Banco Central y ya no uno de cumplimiento con el fondo». Si esto le sumamos una inversión inicial de US$ 1.500 millones más lo que cueste la construcción, algo que se desconoce porque está en licitación, las cuentas del país quedarían en rojo. Además del incumplimiento al Fondo habría menos dólares, más inflación y poco dinero para otras importaciones.
