JUJUY.- Los chicos bajan por el cerro, vienen arriando llamas a más de 3500 metros sobre el nivel del mar. Unos turistas se paran les sacan fotos, les parece una postal única e irrepetible, al menos. Así sería en otras latitudes, pero en Jujuy el paisaje común presenta a niños pastores, que dejan pronto la escuela por cuestiones geográficas, que viven rodeados de privaciones, detrás de las montañas jujeñas, que esconden más de un secreto.
Durante la dictadura militar, el genocida fallecido Antonio Domingo Bussi construyó paredones para tapar las villas de emergencia, que les enrostraban a los visitantes la pobreza que se vivía en Tucumán. Hoy, más de tres décadas después, la pobreza jujeña está tapada por las paredes naturales que le dan a Gerardo Morales la posibilidad de hablar de una provincia modelo, sin reparar en que, según un informe de Unicef, en la provincia que gobierna, el 60% de los chicos está bajo la línea de la pobreza.
Ese informe se construyó con cifras oficiales del INDEC del último trimestre de 2021 en el que se demuestra que la provincia que comanda el precandidato a presidente la pobreza infantil supera en 5 puntos a la media nacional. Pese a que el Gobernador vende al litio y a la energía solar como una posibilidad laboral ilimitada de trabajo para la gente de la Puna, la realidad está muy lejos del paraíso de trabajo y progreso que intenta mostrar el mandatario.
Hace una semana la Fundación Hambre de Futuro recorrió la zona y se encontró con niños que crecen lejos de las oportunidades sanitarias y educativas que deberían tener. “Durante nuestra recorrida de nueve días por la provincia, nos encontramos con niños que están atravesados por la distancia, por la falta de mantenimiento de los caminos y del transporte urbano, sin comunicación y con un acceso limitado a la salud. Habitan viviendas precarias, que no cuentan con luz o agua potable, ni señal de teléfono ni Internet y con familias a las que cada vez les cuesta más vivir de la cría de animales.”, señalaron en su informe.
La Puna y la Quebrada de Humahuaca no son solo lugares hermosos de esparcimiento, son el escenario donde transcurren las escenas de descuido y abandono de la niñez que el gobierno de Gerardo Morales no solucionó en seis años de gestión y no parece muy interesado en solucionarlas. Al menos así lo demostró en los últimos tiempos, donde todas las políticas laborales y sociales estuvieron enfocadas en los distritos donde hay mayor cantidad de votantes.
