Al menos 106 personas han muerto y 10 siguen desaparecidas en Brasil, mientras que las fuertes lluvias azotan las ciudades del noreste del país por sexto día consecutivo. El gobernador de Pernambuco, Paulo Camara, explicó el martes que la prioridad del gobierno es hallar a los desaparecidos en medio de los deslizamientos de tierra y las grandes inundaciones.
«No pararemos hasta encontrar a todos los desaparecidos. Este es un punto fundamental en este momento», dijo Camara. La Defensa Civil Nacional manifestó en Twitter que había una alerta por la posibilidad «muy alta» de más inundaciones en Pernambuco, incluida su capital, Recife, replicó NA.
El presidente Jair Bolsonaro sobrevoló las zonas afectadas. Prometió enviar ayuda y recursos a las familias afectadas. «Lamentablemente, estas catástrofes suceden, en un país continental, que tiene sus problemas. Tuvimos problemas parecidos en Petrópolis, en Río de Janeiro, en el sur de Bahia o en el norte de Minas Gerais», expresó el mandatario.
«Todos estamos obviamente tristes, manifestamos nuestro voto de pesar a los familiares, nuestro objetivo mayor es confortar los familiares y, con medios materiales, también atender a la población», sostuvo. Es la cuarta inundación importante en cinco meses, lo que subraya la falta de planificación urbana en los barrios de bajos ingresos en gran parte de Brasil, informó Reuters.
A finales de diciembre y principios de enero, decenas de personas fallecidas y miles fueron desplazadas cuando las lluvias azotaron el estado de Bahía. Al menos otras 18 personas fallecieron durante las inundaciones en el estado suroriental de San Pablo a finales de enero, mientras que las lluvias torrenciales en el estado de Río de Janeiro mataron a más de 230 personas al mes siguiente.