Fue realmente muy fuerte lo que sucedió en «Podemos Hablar«, el programa que lleva adelante Andy Kusnetzoff a través de la pantalla de Telefe, donde estuvo presente nada más y nada menos que Ángela Leiva. Y es que la cantante y actriz se refirió a las apariciones que tuvo de su mamá fallecida, dando detalles que dejaron a todos con la boca abierta.
«Mi mamá falleció hace nueve años. A mi mamá le gustaba mucho ir a verme a los shows, pero no le gustaba figurar, ella por ahí me aparecía de sorpresa. Cuando fallece mi vieja, un día estaba cantando, miro para el costado y estaba mi vieja. Pero en ese segundo yo me olvidé que mi mamá ya no estaba más y cuando caigo, vuelvo a mirar y ya no estaba, fue muy fuerte», comenzó asegurando.
Inmediatamente, Ángela Leiva fue por más. «Me descolocó, yo estaba en mi rol de cantante. Seguí cantando por inercia, porque a veces uno ya tiene el piloto automático, y digo ‘Ay, no está, mamá no está más… ¿Qué acabo de ver?’. La vi, era ella. Después me pasó otra anécdota muy fuerte con mi vieja en el norte del país, en Salta. Estábamos en un lugar muy oscuro, que era muy de barrio, muy de pueblo, no tenía mucha iluminación, la calle era de tierra. Yo estaba arriba de la combi esperando que me digan ‘Dale negra, bajá’, ya estaba todo armado, estaba sola, esperando», comentó.
«Hacía muy poco que había fallecido mi vieja y yo todavía estaba muy conmocionada por eso. Mi mamá tenía las uñas largas siempre, unas manos divinas, y siempre tenía la costumbre de hacer ruidito con las uñas en el vidrio. Yo estaba en mi mundo, en silencio y siento el ruidito de las uñas en el vidrio de la puerta de la combi, y otra vez se me paralizó el corazón. Tenía cortinas la combi. Me paralicé, no me animaba a pararme y abrir la cortina, era muy raro lo que me estaba pasando», reveló.
«Mi mamá tenía pelo corto, la recuerdo a mi vieja con pelo corto, muchos años lo tuvo. Me muevo, había un espacio por donde se veía para afuera y veo una persona que se movía, era mi mamá, estaba ahí afuera. Otra vez me paralizo y no sabía qué hacer, se me caían las lágrimas. Me golpean y la silueta era la silueta de ella, pero me estaba golpeando y yo me paralicé, no reaccioné. Y hasta que me animé, ya se había ido. No sé qué hubiese pasado, tal vez sea mi imaginación o las ganas que uno tiene de que sea, pero fue mágico», aclaró Ángela Leiva.
«Ese día entendí que mi mamá me sigue acompañando, como me acompaña mi viejo. Me acompañan los dos en el recuerdo. Para mí ellos fueron muy importantes en mi carrera, ellos jamás me dijeron que no a nada, me empujaron siempre a hacer lo que a mí me gustaba. Recuerdo con mucho amor, como se merecen. Es raro pero es hermoso sentirse acompañado por la familia sobre todo», finalizó la artista.