CATAMARCA.- (Por Juan Carlos Andrada) Como huérfanos de la política, no por la muerte de los padres (Alberto Fernández y Cristina Kirchner) sino por la pelea o lucha por el poder que implica descuidar a los hijos: gobernadores e intendentes que quedaron a su suerte; mientras en Buenos Aires nadie da respuestas, en Catamarca la gobernabilidad se ve afectada al punto que se desvían fondos nacionales para pagar sueldos. Si vale la imagen, mientras los papás se pelean, los chicos meten la mano en el enchufe.
Para completar el cuadro de crisis y hacer un poquito de historia reciente, hay que recordar el “vale todo” de los funcionaros (presidente, gobernadores, intendentes) en pandemia donde dispusieron sin criterio ni sentido común recursos públicos que hoy estamos necesitando imperiosamente. Ese ya era un descontrol y lo que faltaba es que las máximas autoridades del país se empiecen a matar por el poder para terminar de trastocar lo poco que quedó en pie.
¿Cómo es la cosa? A los intendentes no les alcanza para pagar sueldos. Le lloran al gobernador Raúl Jalil que no pueden cumplir con el compromiso salarial. El primer mandatario catamarqueño les ofrece fondos nacionales específicos y “después vemos”. Los jefes comunales necesitan sostener su territorialidad porque están muy debilitados, pero desviar fondos es un riesgo que incluye auditorias nacionales cuyas garantías de zafar no parecen muy claras en las próximas elecciones. Hoy pierde el Frente de Todos.
La maniobra tiene doble lectura o una trampita. Jalil te soluciona por ahora y, de alguna manera, los tiene agarrados o entrampados pero, por supuesto, el gobernador no se hace cargo de las consecuencias judiciales. Raúl mandó el dinero para obras, luego si el intendente no las hizo, ya no es su responsabilidad. Cabe señalar aquí que, cuando es para un “amigo”, Jalil cubre esos delitos administrativos con más fondos públicos, siempre y cuando gobierne el peronismo provincial y nacional. Sin embargo, Jalil también tiene sus propios dilemas políticos existenciales, con quién está el gobernador catamarqueño, con Alberto o con Cristina. El caso es que Jalil manda sus ministros a Buenos Aires y no los atienden o es pura pantomima para la foto.
Así plata específica que mandó Nación oportunamente para barrios, cordones cunetas, cloacas, etc., fueron y están siendo desviados para sueldos y gastos corrientes debido al desequilibrio financiero de las comunas que se dedicaron en pandemia a cerrar los pueblos para fundir empresarios y matar gente con sus malas decisiones y la falta de salud pública. El remate es la pelea de Alberto y Cristina que implica que los funcionarios nacionales no atienden o no dan ninguna solución hasta saber quién está con quién o el panorama del poder aclare. Mientras tanto, los chicos “jugando” son un verdadero peligro, para sí mismos y para los demás.