Casilda Benegas de Gallegos es la mujer más longeva de la Argentina. En 2020, había logrado superar el coronavirus. De hecho, atravesó la enfermedad sin síntomas, gracias a que estaba vacunada con la Sputnik V, y se convirtió en la segunda persona de mayor edad en todo el mundo en curarse. Sin embargo, este martes se conoció la triste noticia de que a los 115 años, la mujer murió en la ciudad bonaerense de Mar del Plata.
Sus familiares dieron la triste noticia a través de redes sociales. “Te voy a recordar siempre riéndote. Es difícil no sentir un dolor enorme por saber que ya no te vamos a tener entre nosotros y a la vez me pone feliz saber que te amamos y disfrutamos muchísimo”, expresó Mayra, una de sus bisnietas, vía Facebook. “Somos la familia más afortunada del planeta porque te tuvimos en nuestras vidas mucho más de lo que podíamos imaginar. Casildita, te amaré el resto de mi vida y mucho más”, cerró la joven, según NA.
La historia de Casilda
Nacida el 8 de abril de 1907 en Itapúa, Paraguay, Casilda llegó al país en 1945 y recorrió varias provincias del norte hasta que se instaló en Mar del Plata. Entre 2001 y 2013 vivió en España, pero su corazón, al parecer, estaba en la ciudad costera. A lo largo de su vida, Casilda fue ama de casa. Se dedicó a cuidar a sus dos hijos y a sus nietos.
Desde que regresó a la Argentina, la mujer vivió en una residencia para ancianos ubicada en la zona norte de la ciudad cabecera del municipio de General Pueyrredón. A mediados de diciembre de 2020, ella y otros residentes se contagiaron el virus. Pero Casilda atravesó la enfermedad sin síntomas.
Por su admirable longevidad, obtuvo el récord de haber sido la segunda persona de mayor edad en todo el mundo en recuperarse de la enfermedad que causó estragos en el planeta, detrás de la estadounidense-española María Branyas, nacida el 4 de marzo de 1907.
De esta manera, además, es la cuarta persona más longeva del mundo en ser inmunizada, en su caso, por profesionales del PAMI en marzo del año pasado, días antes de su cumpleaños número 114. En el plano local, se convirtió en una de los cerca de 500 infectados de más de 100 años en recuperarse, según el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS).
En su última época de vida, Casilda hablaba poco, pero sus allegados aseguran que ella entendía todo. Solía sonreír mucho, y a veces daba alguna respuesta en guaraní, uno de los idiomas oficiales de su país natal. Tras su partida, la mujer más longeva del país deja dos hijos, ocho nietos, ocho bisnietos –entre ellos la citada Mayra– y tres tataranietos, quienes la extrañarán por siempre.