Las fuerzas de Rusia atacaron este miércoles objetivos en la región de Mikoláiv, en el sur de Ucrania, e intensificaron los ataques en los frentes de todo el país, mientras los miembros de la OTAN se reunían en Madrid para planificar una respuesta al reto de Moscú.
El alcalde de la ciudad de Mikoláiv explicó que un ataque con misiles rusos mató al menos a tres personas en un edificio residencial de la ciudad, mientras que Moscú dijo que sus fuerzas habían atacado lo que llamó una base de entrenamiento para mercenarios extranjeros en la región.
En el este, el gobernador de la provincia de Lugansk dijo que había «combates por todas partes» en la batalla en torno a la ciudad de Lisichansk, situada en la cima de una colina, que las tropas rusas estaban tratando de rodear. El gobernador de Krivói Rog, en el centro de Ucrania, Oleksander Vilkul, expresó que los bombardeos rusos también habían aumentado allí en los últimos días.
«Varios pueblos han sido borrados de la faz de la tierra», dijo Vilkul. El aumento de los ataques -después de que el lunes un bombardeo con misiles contra un centro comercial causó la muerte de al menos 18 personas en el centro de Ucrania- ocurre cuando las fuerzas del presidente ruso Vladimir Putin avanzan lenta pero inexorablemente en una guerra que ya ha cumplido cinco meses, informó Reuters.
No obstante, analistas occidentales afirman que los rusos están sufriendo muchas bajas y agotando sus recursos, mientras que la perspectiva de que lleguen a Ucrania más armas occidentales, incluidos sistemas de misiles de largo alcance, hace más urgente la necesidad de Moscú de consolidar cualquier avance.