La Confederación General del Trabajo (CGT) lanzó una dura advertencia al Gobierno, al afirmar que “estamos al borde del abismo”. Sin embargo, la dirigencia decidió respaldar a la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, pero mantiene el pedido de mejorar salarios e inflación. Reclama poner fin a las hostilidades internas y generar consensos políticos, hasta ahora casi imposibles.
«No hay ninguna posibilidad de hacer un paro, lo aclaro desde ya», dijo hace poco más de quince días Héctor Daer, miembro del triunvirato que dirige la CGT y secretario general del sindicato de Sanidad. En otras oportunidades, esa misma respuesta han dado los otros dos coconductores de la central obrera: Pablo Moyano, de Camioneros, y Carlos Acuña, de Estaciones de Servicio.
Inquietud por la situación actual
Pese a que el descontrolado ritmo de la inflación y el aumento de precios golpea sistemáticamente los bolsillos de los trabajadores, el presidente Alberto Fernández ha tenido el acompañamiento de la central obrera. Sucesivamente descartó salir a protestar a las calles, pero en las últimas jornadas ha crecido la preocupación por la inestabilidad económica.
Entre los gremios crece la inquietud no solo por un panorama económico al rojo vivo, sino porque también ven un gobierno paralizado por las múltiples internas en sus filas. Por el momento, es incapaz hoy de avanzar hacia un norte que traiga esperanzas de cambios al corto o mediano plazo. Para definir a la nueva ministra de Economía, fue necesaria la intervención de Estela de Carlotto para que la vicepresidenta y el presidente hablaran.
¿Alberto pierde apoyo?
El mandatario ha sido la figura de poder a la que el sindicalismo tradicional ha respondido en estos dos años. No obstante, lo notan más debilitado frente a los embates de la vicepresidenta Cristina Kirchner, históricamente ubicada más cerca de los gremios alternativos, con la CTA a la cabeza. Desde la salida de Matías Kulfas, el presidente fue perdiendo apoyo y su autoridad inició un proceso de degradación a velocidad crucero en el Frente de Todos.
«Estamos en una situación muy crítica, cerca del abismo. Los trabajadores estamos sumamente preocupados por el nivel de pobreza y la falta de inversión. Algo tenemos que hacer, no podemos quedarnos de brazos cruzados», apuntó Gerardo Martínez, jefe sindical de la UOCRA. Las declaraciones se dieron luego de la reunión de “la mesa chica” de la CGT, en la sede porteña de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN).
Previo a la jura de Batakis y al encuentro de la «mesa chica» de la CGT en UPCN, el titular de este sindicato y adjunto de la central obrera, Andrés Rodríguez, también había mencionado «dejar de exponer la interna» y llamó a la unidad del Gobierno. «Nosotros no consideramos que así (por las internas) se garantice la institucionalidad y la gobernanza de la Argentina. Es una cuestión de conducción política. El Frente de Todos debe generar acuerdos internos, no debatirlos públicamente y fortalecer una estructura política que también incluye a los gobernadores, intendentes y la CGT», dijo en diálogo con AM 990.
Plan de acción de la CGT
Mientras las fichas del Ministerio de Economía se reacomodan, el sindicalismo pautó un nuevo encuentro propio para dentro de dos semanas. Será durante la cumbre del Consejo Directivo de la CGT el próximo 14 de julio, el mismo día en que el INDEC difundirá su nuevo informe sobre la inflación de junio, cuyos resultados podrían auguran un panorama oscuro.
El encuentro, que será un día después del paro general del campo por la falta de gasoil, podría terminar con el anuncio de una movilización por parte del sindicalismo, En estos dos años y medio, ha visto cómo las organizaciones sociales tomaron la posta de las protestas en las calles. Según ellos, no se trataría de un paro general, pero sí de una marcha «contra los formadores de precios».