Este lunes, equipos de rescate buscaban entre los escombros de un condominio de departamentos en el este de Ucrania a más de una veintena de personas, entre ellas un niño, que se teme que están atrapados tras el impacto de un cohete de las fuerzas de Rusia en un edificio de cinco plantas que ha matado a 15 personas.
Los equipos de rescate utilizaron una grúa para levantar una losa de hormigón y sus manos para excavar entre los escombros el domingo, mientras que los aturdidos residentes que sobrevivieron al ataque del sábado por la noche recuperaban sus objetos personales y contaban historias de su milagrosa huida.
Otros se limitaban a observar los trabajos de rescate, temiendo lo peor mientras retiraban los cuerpos de los desaparecidos. El jefe de gabinete presidencial, Andriy Yermak, manifestó que el ataque en la ciudad de Chasiv Yar, en la región de Donetsk, era «otro ataque terrorista» y que «Rusia debía ser designada como Estado patrocinador del terrorismo».
El presidente ruso, Vladimir Putin, invadió Ucrania el 24 de febrero, calificándola de «operación militar especial» para desmilitarizar el país de los nacionalistas. Ucrania y sus aliados occidentales dicen que la guerra de Putin es una apropiación imperial de tierras y han acusado a sus fuerzas de crímenes de guerra. Moscú niega haber atacado a civiles, informó Reuters.
Rusia abandonó un primer avance sobre la capital, Kiev, ante la feroz resistencia reforzada por las armas occidentales. Su campaña militar se centra ahora en el sur y en la región oriental del Dombás, formada por las provincias de Luhansk y Donetsk. El Kremlin quiere entregar el control del centro industrial a los separatistas prorrusos que han declarado su independencia de Kiev.
