Este jueves, misiles rusos impactaron en la ciudad de Vinnytsia matando a 17 personas, entre ellas dos niños, e hiriendo a decenas, informó la Fiscalía General de Ucrania. El ataque, que habría sido perpetrado con misiles Kalibr disparados desde un submarino de Rusia en el mar Negro, causó «importantes daños y destrucciones» en edificios residenciales y locales administrativos y de oficinas.
Unas 90 personas solicitaron atención médica y alrededor de 50 de ellas se encontraban en estado grave tras el ataque, que también destruyó un centro médico y en el que se utilizaron tres misiles, según la policía. Vídeos en las redes sociales mostraban una espesa humareda negra que salía de un edificio alto y el sonido de las sirenas mientras los trabajadores de emergencias acudían al lugar.
Fotografías publicadas en internet por el Servicio Estatal de Emergencias mostraban el humo gris que salía de los restos retorcidos de los coches quemados y de los escombros humeantes. Una de ellas mostraba un cochecito de bebé abandonado y volcado en la calle. «¿Qué es esto, sino un acto de terrorismo abierto?», manifestó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Vinnytsia se encuentra a unos 200 kilómetros al suroeste de Kiev, y está lejos de las principales líneas del frente en el este y el sur de Ucrania. El misil impactó en el aparcamiento del edificio de oficinas «Yuvelirniy», de nueve plantas, sobre las 10:50 hora local, según informó el Servicio Estatal de Emergencias, informó Reuters.
«Desgraciadamente, es probable que no haya ninguna posibilidad de encontrar a nadie que haya sobrevivido (bajo los escombros)», dijo un alto responsable del servicio regional de emergencias. En un comentario en Twitter, el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, acusó a Rusia de cometer «otro crimen de guerra». «Juzgaremos a los criminales de guerra rusos por cada gota de sangre y lágrimas ucranianas», escribió.