Este jueves, funcionarios rusos se alinearon para celebrar la caída de Boris Johnson, y un importante magnate calificó al líder británico como un «payaso estúpido» que finalmente obtuvo su justa recompensa por armar a Ucrania contra Rusia.
Se esperaba que Johnson anunciara su renuncia después de que los ministros y los legisladores de su Partido Conservador lo abandonaran y dijeran que ya no estaba en condiciones de gobernar. El Kremlin manifestó que tampoco era fanático del líder británico, cuyos padres lo llamaron Boris en honor a un emigrado ruso blanco.
«No le agradamos, tampoco le agradamos a nosotros», expresó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. Agregó que los informes de que Johnson renunciaría en breve como primer ministro eran de poca preocupación para el Kremlin. Otros rusos fueron más brutales.
Por su parte, el magnate ruso Oleg Deripaska expresó que era un «final sin gloria» para un «payaso estúpido» cuya conciencia se vería arruinada por «decenas de miles de vidas en este conflicto sin sentido en Ucrania». Maria Zakharova, la principal vocera del Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, comentó que la caída de Johnson era un «síntoma del declive de Occidente», que dijo que estaba dividido por una crisis política, ideológica y económica, informó Reuters.
Los rusos fueron brutales en su evaluación de Johnson, quien recientemente les dijo a sus colegas que quería permanecer en el poder más tiempo que Margaret Thatcher, un enemigo constante de la ex Unión Soviética que se desempeñó como primer ministro británico de 1979 a 1990. «La moraleja de la historia es: no busques destruir Rusia», dijo Zakharova. «Rusia no puede ser destruida. Puedes romperte los dientes y luego ahogarte con ellos», agregó.